La fotógrafa Eva Gascón, fundadora de Eva Gascón Fotografía, ha protagonizado un nuevo Martes del Emprendimiento, organizado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado, con el patrocinio de Iberdrola, para conocer un tipo de emprendimiento diferente, entre lo artístico y el coaching, que ha conducido el presidente de esta escuela de negocios, Juan Claudio Abelló.
Gascón es geógrafa de formación, pero para esta emprendedora “no importa a lo que te dediques después, sino las herramientas que te da para el futuro, como la capacidad de trabajar en equipo o la capacidad de exposición”.
“Mi idea ha sido siempre encontrar esa cosa poco frecuente, y apostar por ella. Y la fotografía vino precisamente a raíz de una crisis, tras pasar un año en Estados Unidos, que fue donde me inocularon el gen emprendedor. Allí buscan que emprendas, que te caigas y te vuelvas a levantar hasta que lo consigas. Tienes que acumular varios fallos para ser exitoso”, relataba Gascón, que acumula cinco años como emprendedora, pero más de una década tras la cámara.
Como muchos emprendedores inició su carrera sin todas las herramientas necesarias, por lo que “alguien que da las herramientas adecuadas a los emprendedores es imprescindible”, apuntaba Gascón, “porque parece que la emprendeduría siempre viene de las carreras más técnicas, y en el caso de los artistas todo esto de la empresa nos da un poquito de repelús. Pero, aunque está muy bonito, luego hay que bajarlo a la tierra”.
“Descubriendo vínculos”
Gascón insiste en ver este tipo de servicios, las sesiones fotográficas, como “una inversión, no como un gasto, porque con el paso del tiempo queda un intangible a lo que volver, por ejemplo”. “El arte no es una necesidad a priori, como puedes necesitar un teléfono o comer, pero intento poner un precio accesible para todo aquel que lo valore. Pongo el ejemplo de las bodas: Miramos el vestido, el menú y de repente te llega el fotógrafo -de las partidas más baratas- y la gente te dice que es muy caro. Yo le explico que a la diseñadora del vestido no le dijiste ni media de que el vestido era caro, por ejemplo. Tú, el vestido te lo vas a poner, la comida te la vas a comer, pero ¿y luego? Con la foto de tu amigo del móvil, ¿de verdad que vas a ser capaz de conectar? ¿Va a estar tu amigo cogiéndote en el momento en el que dijiste, si quiero o esa sonrisa que le echaste a tu padre?”, aseguraba Gascón, poniendo en valor su trabajo.
Vivimos en una era donde la imagen prima, y esto hace necesaria una diferenciación. Por eso “cuando tú ves un cuadro, te tiene que evocar algo. Hay que intentar interpelar a las emociones con la foto, reflejando el momento de la persona”. “Lo primero siempre es la imagen, y entonces si esa imagen es atrayente, puede hacer más atractivo lo que nos esté diciendo esa persona”.
“Lo que más nos puede acercar a un proyecto son las personas”
Para Gascón hay muchas formas de salir en una imagen, y también de interpretarlas. Por eso, “lo primero que hago es evaluar, poniendo al cliente más en la inversión que en el gasto. Las empresas no siempre tienen claro lo que quieren decir y las que lo tienen no siempre saben cómo transmitirlo en imágenes. Ese es mi trabajo: identificar la identidad, la visión de futuro, el tipo de cliente, el tipo de emociones”, poniendo a la “coherencia en la identidad” como uno de los pilares base de la imagen de marca. Los detalles de cada fotografía son importantes, ya que “en la fotografía de empresa tengo que dar cabida a todas las personas que le dan vida, haciendo juegos de equipos, como en un Team Building, para conocer a esas personas”. Es la ciencia que permite averiguar a Gascón los principales intereses y percepciones de un cliente, ya sea un particular, una familia o una empresa, “la idea es sacar a la gente de la zona de confort, con ejercicios de reflexión y apreciación. Viendo la sesión como una oportunidad para mostrarnos de muchas maneras, porque todos tenemos muchas aristas que explorar”.
Otra de las claves es que “hay que reflejar más la experiencia personal y el entorno”. En este sentido, ha puesto el ejemplo de la “fotografía familiar” en la que suele haber niños que no paran y que refleja generalmente “toda la complejidad que tiene una familia“. Hay que saber captarla porque esa es tu historia, como ocurre con las grandes marcas que se promocionan apelando a esas “pequeñas historias con las que todos empatizamos”.
El valor de hacer equipo
“Yo he trabajado sola hasta hace un año, pero ahí es donde creo que he fallado. Es difícil posicionarse en este ámbito y que sea rentable. Yo sola no he llegado tan lejos como podría haber llegado. Pero para mí tener un coach estratégico ha sido clave”, insistía Gascón, recordando que la formación y las personas de las que te rodeas es importante para escalar un emprendimiento, aunque “no tienes que ser experto en todo lo que requiere tu empresa, pero si tienes que saber todo lo que requiere tu empresa. Porque así podrás elegir a la persona perfecta, porque entiendes el idioma en el que te están hablando. Y sabrás cuando te están vendiendo humo”. “Lo más difícil de emprender sola es la soledad, que te requiere cierta disciplina hacia tu ecosistema”.
Como consejo para los nuevos emprendedores, recuerda que “la constancia de alguna manera paga, es lo esencial, mantenerse constante. Siempre escuchando y adaptándonos al cliente, que nos da información muy valiosa y vamos aprendiendo”. “Para tener éxito tienes que ser una persona curiosa y abrirte a otros campos. Si no, yo no habría encontrado muchas de las oportunidades que he encontrado”, sin olvidar que “cuando planteas algo muy rompedor, la gente no lo ve, y ser la punta de lanza es difícil. Pero después, cuando consigues cambiar esa mirada es la definición del éxito”.