El concejal de deportes, Eduardo González-Camino, puso negro sobre blanco en el pleno del mes de octubre lo que era un secreto a voces. El Ayuntamiento de Majadahonda ya cuenta con el soporte administrativo necesario para poner en marcha el expediente para demoler Huerta Vieja y adjudicar la explotación de la instalación a una empresa concesionaria a cambio de que corra con el gasto de las obras y el abono de un canon.
Esta es una decisión política que tendrá que ser refrendada o castigada en las urnas por los vecinos y que ha sido muy debatida y peleada por los grupos de la oposición en plenos y comisiones. Este es el juego democrático y político. Desde esta cabecera, que defiende la calidad de los servicios públicos, no vamos a demonizar la colaboración público – privada.
Sin embargo, lo que sí que tenemos que exigir a los responsables municipales es más transparencia en este proceso que cambia un statu quo que se ha mantenido a lo largo de los años y con diferentes gobiernos del Partido Popular. En nuestros números de los pasados meses de marzo y abril que se pueden consultar en www.enpapel.es nos hacíamos eco de los dos informes técnicos de la instalación y en nuestro editorial reclamábamos la necesidad de hacer un informe exhaustivo y concluyente sobre si era mejor demoler que reparar la instalación, a la vista de que ninguno de ellos lo era. Si ese informe existe, es bueno que se haga público para el conocimiento de los grupos municipales y de los vecinos.
En esta misma línea de transparencia se hace imprescindible conocer la letra pequeña de ese informe que maneja Deportes con el “régimen jurídico y de explotación” del nuevo polideportivo de Huerta Vieja que “respetará los precios públicos que existían y el modelo de formación”. Los servicios públicos sirven para corregir las desigualdades de partida de unos ciudadanos frente a otros y por su propia configuración son deficitarios.
Dice Eduardo González-Camino que entregar la gestión de Huerta Vieja a una concesionaria es la mejor solución para las arcas públicas del Ayuntamiento de Majadahonda. Y no nos cabe ninguna duda de que es cierto. Sin embargo, el consistorio también garantiza que se mantendrán los precios y las clases actuales. Si el Ayuntamiento de Majadahonda prescinde de Huerta Vieja porque no es rentable, ¿por qué tenemos que pensar que un empresario privado manteniendo los mismos precios, el mismo modelo de formación y pagando la reforma sí que le va a sacar rentabilidad?