La guardia civil involucrada en el accidente el pasado fin de semana del kilómetro 38 de la M-608, contra cuyo coche colisionó el turismo en el que viajaban las cuatro jóvenes que resultaron fallecidas, la madrugada del domingo, es la única superviviente del fatal accidente. Hace poco más de 24 horas que salía de la UCI del Hospital Puerta de Hierro.
Según hemos podido confirmar con fuentes del Hospital Puerta de Hierro, la mujer de 30 años se encuentra en planta, tras salir de la UCI, pero con pronóstico reservado. Según los equipos de rescate que atendieron el lugar del accidente, la zona más afectada es la lumbar, además de posibles fracturas en las piernas.
Una vez abandonó la Unidad de Cuidados Intensivos, prestó declaración a sus compañeros de la Agrupación de Tráfico, como testigo y afectada por el accidente.
Sabemos que muy dolorida tras el accidente, declaró haber visto acercarse al otro vehículo; “vi el coche que se me venía encima y no me dio tiempo a reaccionar“. Los vecinos se quejan del estado de la carretera, y señalan que es “el escenario propicio para un accidente”.
Aquella noche conducía Polina, que esta semana hubiera cumplido 26 años, fue a buscar a su hermana y a dos amigas, de entre 13 y 16 años, a las fiestas de Collado Villalba, tras salir de trabajar, en su Toyota Aygo de color negro. Todo ocurrió cuando en torno a las cinco de la madrugada, a la altura del kilómetro 38 de la M-608, sentido Moralzarzal, al salir de una curva se le fue el coche. Las autoridades señalan que este punto no es un punto negro, puesto que no han ocurrido accidentes mortales en este en los últimos cinco años, pese a la opinión contraria de los familiares, amigos y vecinos de las cuatro jóvenes, que señalan esa curva como un punto “complicado”. Los investigadores apuntan a un posible despiste debido a alguna distracción de la conductora, que provocó que realizara un “volantazo defensivo” para evitar la colisión.
Tras esto, invadió el otro carril por el que circulaba Ana, agente de la Guardia Civil, en su vehículo personal, un Seat Arona, dirigiéndose al dispositivo especial de las fiestas de Villalba, precisamente, para entrar en servicio. Inmediatamente colisionó contra su vehículo, dejando “una marca de frenada muy corta”, haciendo pensar que el accidente fue inevitable.
La propia agente pudo avisar de siniestro a sus compañeros, a las seis menos diez minutos de la madrugada, que inmediatamente desplazaron un operativo al lugar. El coque fue frontolateral, y no se cree que hubiera exceso de velocidad. Pero la velocidad de la vía es de 70 kilómetros por hora, que sumando las dos velocidades, tanto del Seat, como del Toyota (al que los investigadores apuntaron como “un coche endeble”), el impacto se produjo al doble de velocidad, por lo tanto el doble de fuerza.
Fuentes policiales aseguran que las jóvenes llevaban colocado el cinturón de seguridad, pero no están seguros de que estuviera colocado correctamente.