El Rayo Majadahonda no ha podido ante el Club de Fútbol Fuenlabrada y ha perdido con por 1-0. Pese a la derrota, los de Santaelena sigue fuera de los puestos de descenso. Eso sí, debido a lo apretada que está la tabla de clasificación, los majariegos no pueden dormirse en los laureles. Actualmente están cómodamente instalados en media tabla, pero son solo dos partidos los que los separan de la temida zona roja de la clasificación.
De hecho, la derrota saca al Fuenlabrada del descenso, y lo deja con 35 puntos, y sitúa al Rayo Majadahonda con 39, décimo en la tabla de clasificación. Desde hace varias jornadas, el entrenador majariego, Alfredo Santaelena lleva imponiendo un mantra que es que hay que creerse que dependen de ellos mismo. Antes de este encuentro, Santaelena aseveraba: “Hay que competir al máximo para seguir creciendo en la clasificación”.
El partido
Para este partido, el once inicial elegido por el entrenador ha sido: Lucho, Casado C., Ofoli, Héctor, Davis, Mario, Néstor, Javir Ros, Iván R., Nando y Mestanza. Todos ellos han saltado al césped del Fernando Torres con ganas de llevarse los tres puntos. De hecho, ambos equipos lo han intentado durante la primera parte pero, finalmente, ha sido el Fuenlabrada quien con un gol de Diego García ha conseguido adelantar al otro equipo madrileño, desatando la locura del público que se veía fuera de los puestos de descenso.
Durante la segunda parte, la igualdad ha seguido siendo la tónica del partido. Ambos equipos trataban de llegar al guardameta contrario pero, ambos, se encontraban con las defensas de sus rivales. Los dos entrenadores han realizado diversos cambios tratando de romper con la tónica del partido pero no ha sido posible.
Así, con el 1-0 local se ha llegado al minuto 90. El colegiado ha añadido tan solo dos minutos de descuento, un tiempo insuficiente para que, el Rayo Majadahonda haya podido empatar el encuentro. La derrota, como todas, ha sido dura, pero a los de Santaelena les queda el consuelo de haber mejorado lo suficiente en la segunda vuelta como para dormir tranquilos fuera de los temidos puestos de descenso. Eso sí, tanto los jugadores como el entrenador saben que, con una clasificación tan apretada, no se pueden dormir en los laureles.