Además de ser una reconocida activista por los Derechos Humanos y conferencista internacional, Consuelo Cruz Arboleda también es, a sus 60 años, una emprendedora joven. Hace solo seis años puso en marcha su proyecto, la marca textil Baobab, “un reencuentro a través del lenguaje de las telas” que hace el recorrido América Latina-Europa-África en “una simbiosis de colores, diseños e ideas”. Con esas palabras lo ha contado, desde su Colombia natal, en una nueva edición de los Martes del Emprendedor, organizado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado y patrocinado por Iberdrola.
En la introducción del evento, el CEO del IEA ha destacado la importancia de conectar emprendedores de diferentes países y ciudades. “Nuestro sueño es crear un puente que permita la globalidad del emprendimiento. En estos tiempos tan difíciles que nos han tocado vivir, creemos que el emprendimiento tiene que ser global”, ha dicho Wilfredo Jurado, quien ha recordado la presencia del IEA en Estados Unidos, Colombia, Madrid, Barcelona, Zaragoza y Málaga.
A Cruz Arboleda la idea de crear esta marca textil le surgió al reflexionar sobre el desconocimiento que tienen los africanos sobre afrodescendientes y el que tienen los afrodescendientes sobre África. Según explica, Baobab es una marca con una “identidad de herencia, tradición y cultura” y la única en el sector que tiene un “contenido ideológico y académico”.
En sus primeros seis años de vida, los diseños de Baobab han desfilado por las grandes pasarelas de América Latina, además de Londres y Dubai, donde se llevó el premio a la mejor diseñadora novel en 2020. “Hemos ido posicionándonos con una identidad”, señala Cruz Arboleda, que pone el énfasis en esa “triangulación” entre las culturas americana, europea y africana. “Los emprendedores, cuando interactuamos y nos enredamos, podemos hacer grandes cosas, mostrándole al mundo que podemos hacerlo”, afirma.
Capacidad de producción limitada
La empresa da empleo a una decena de personas y cuenta con un taller en la ciudad colombiana de Cali en el que diseñan y venden sus artículos: prendas de alta costura en telas africanas y elementos textiles para el hogar, además de accesorios, como zapatillas o bolsos. La fabricación se lleva a cabo en talleres externos, y esto limita la capacidad de producción de la empresa. Dice Cruz Arboleda que teme ‘morir de éxito’: “Nos están pidiendo tanto volumen ahora que, como no tenemos taller propio y dependemos de otros, hemos tenido que dejar ir oportunidades”.
En su última intervención, la fundadora de Baobab ha enviado un mensaje al alumnado internacional del IEA: “Los sueños tenemos que ponerlos en blanco y negro, proyectarlos y llevarlos a la realidad. Se lo dice una mujer que se ha reinventado y que está muy contenta de lo que está haciendo. No ha sido fácil ni lo será, pero que lo sacaremos adelante estoy segura. Y quiero verlos a ustedes en sus talleres y en sus trabajos. Y si mi experiencia le sirve de algo a los muchachos, me van a tener siempre”.