Mariano de Diego Biosca, CEO y cofundador de Vertiports, ha protagonizado un nuevo Martes del Emprendimiento en el vivero de empresas INNPAR, con la colaboración del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, y organizado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado, con el patrocinio de Iberdrola. Además, la concejal de Comercio, Empleo y Desarrollo Empresarial de Pozuelo, Susana Penedo, ha vuelto a poner en valor la labor del IEA.
El futuro está más cerca de lo que creemos. O al menos algo parecido a aquella idea de ciudades futuristas con pequeñas aeronaves a modo de taxis surcando los cielos, aterrizando y despegando desde las azoteas de los edificios. Esa es la idea en la que Mariano de Diego, ingeniero electrónico y especialista en Inteligencia Artificial, lleva trabajando cerca de una década, y que el año pasado se materializó bajo el nombre de Vertiports, con el objetivo de “ahorrar tiempo al ciudadano para moverse por las ciudades”. “Todo esto surgió en un atasco”, aseguraba de Diego que afirma que de media cada día “perdemos 90 minutos en atascos para entrar a las grandes ciudades“.
Una red de “aeropuertos verticales”
Las aeronaves eléctricas son más ligeras, eficientes y rentables, y se están comenzando a certificar en Europa, lo que abre un mercado que ya es pujante en China, y para el que desde Vertiports quieren estar preparados. Se basan en un concepto modular, con diferentes áreas como un lobby para los pasajeros, zonas de aterrizaje y despegue o de mantenimiento que se pueden instalar sobre las azoteas de edificios, que ya cuenten con un helipuerto o adaptando la estructura del mismo, permitiendo aprovechar este espacio, a cambio de un alquiler o una participación en el propio vertipuerto.
Estiman que cada uno de estos “aeropuertos verticales” tendrá un coste que irá entre los 300.000 y los 500.000 euros. Una de las principales ventajas, gracias a su concepto modular, además de permitir una mejor adaptación, es que permitirá un “desmontaje sencillo dependiendo de la rentabilidad de la ruta”.
“Le damos la vuelta al concepto tradicional de aeropuertos”, apuntaba de Diego, explicando las similitudes de este sistema con las empresas de VTC, como Uber. “Queremos crear una infraestructura propia, y habrá un tercero que pondrá la flota”, explicaba el CEO de Vertiports, que apuntaba a que “todas las funciones de un aeropuerto se van distribuir por toda la ciudad, como pueden ser bases de mantenimiento, de carga o terminales de pasajeros”.
Tras el primer borrador para una necesaria normativa europea de cara a este tráfico aéreo, de Diego y sus tres socios comenzaron a adaptar su proyecto a ese probable marco legal. La EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea) establecerá un techo de vuelo bajo para estos vehículos, que se podrán gestionar de tres maneras: con un sistema centralizado, a través de agentes autorizados o, la más probable, un modelo mixto, pero siempre requiriendo una certificación.
En todo caso, será necesario un software que sea capaz de gestionar toda una red de vertipuertos, uno de los principales potenciales con los que ya cuenta Vertiports, y con el que ya han hecho simulaciones.
A partir del año que viene esperan ir más allá de esas recreaciones, ya que tienen un acuerdo con el aeropuerto de Teruel para comenzar con las pruebas. En este aeródromo ya existe un hub de empresas del sector dedicadas a la innovación, y con las que podrán establecer sinergias. Para de Diego “es el primer paso natural. Hay aprendizajes que tenemos que ir superando”.
Aerotaxis
Estos vehículos, fabricados por empresas como Volocopter, tendrán un coste a partir de los 300.000 euros, con una capacidad de entre dos y cuatro pasajeros, pero que podrá llegar a multiplicarse por diez. Su autonomía parte de los 50 kilómetros, pero se espera que puedan llegar a recorrer 300 kilómetros en una hora y media, con tan solo una batería. Aunque estas serán intercambiables y se gestionarán desde centros de operaciones, de mayor tamaño que los vertipuertos de las ciudades, situados en la periferia.
Según los cálculos de Vertiport, los billetes por cada trayecto rondarán los 150 euros de media por pasajero. Pero será la economía de escala la que permitirá, a medida que la red de vertipuertos vaya creciendo, y se comience a estandarizar la fabricación y certificación de estas aeronaves, que estos precios caigan hasta los 50 euros de media por pasajero. “Sabemos que ahora no será una forma barata de transporte”, asumía de Diego, consciente de que este tipo de servicios arrancarán con un público más enfocado en el lujo.
En cuanto a la seguridad, los vehículos que ya surcan los cielos de algunas ciudades chinas no cuentan con piloto, “pero en el caso de Europa quieren ser cautos y prefieren que haya un piloto, aunque las empresas fabricantes apuestan porque sean completamente autónomos”. Se espera que el software, como el de Vertiports, y la normativa que se aplique, lo conviertan en un medio de transporte seguro.
Desde Vertiports, además de estar trabajando con la EASA para garantizar esta seguridad, también están colaboran con ayuntamientos o incluso, compañías eléctricas que puedan garantizar el suministro de fluido eléctrico.
Aunque el objetivo principal es facilitar la movilidad dentro de las ciudades y con la periferia, no se cierran a otras posibilidades como “servicios de paquetería, de última milla o de urgencias”, “pretendemos que sea un servicio lo más universal posible”.
Desde su creación han contado con varios reconocimientos, como por ejemplo el premio Startup del Año 2023 de la revista norteamericana Hackernoon.
En el equipo de Vertiport cuentan con dos socios vinculados a la arquitectura “y que tienen mucha experiencia en ciudades”, y otro socio experto en digitalización. Aunque es Mariano de Diego quien lidera el proyecto. Pero también son conscientes de que tendrán que incorporar capital humano especializado en el sector legal y con conocimientos sobre este mercado emergente.
Forman parte de la aceleradora e incubadora de empresas Lanzadera, que ya les ha ofrecido quedarse como residentes. Actualmente, se encuentran en una ronda de financiación, con la que esperan recaudar entre 4,5 y 6 millones de euros. Pretenden diversificar la financiación, con fondos públicos como los de Enisa, que recientemente ha certificado a la startup, y con capital privado.
Dentro de diez años esperan “ser uno de los mayores gestores de redes de vertipuertos del sur de Europa. Aunque en Estados Unidos hay mucho más mercado”, reflexionaba el CEO de Vertiport.
Para Mariano de Diego, “cada uno emprende cuando tiene que emprender, pero cuanto antes mejor. Te tienes que enamorar del proyecto y disfrutar hasta las situaciones incómodas”. “Hay que intentarlo, aunque te vayas a equivocar. Este es mi tercer emprendimiento. Y sobre todo hay que tener apoyo, como el de la familia”.