La banda indie desborda todas las previsiones en el Parque Colón con decenas de personas que tuvieron que seguir el concierto desde fuera del recinto
El Parque Colón de Majadahonda cambió las sillas de jardín del concierto de José Manuel Soto por la explosión de luz y sonido de la banda indie nacida en Granada, Lori Meyers. Mayores, jóvenes y pequeños. Familias con niños. Todos disfrutaron de los casi 90 minutos de concierto que se hicieron cortos para los asistentes.
Noni, Alejandro y Alfredo saltaban al escenario puntuales y hacían vibrar desde los primeros acordes a los miles de personas que estaban dentro y fuera del perímetro del concierto. No hubo ningún momento de transición, ningún momento bajo. Lori Meyers consiguió mantener el listón en todo lo alto desde el principio hasta el final delante de un público entregado que bailaba y cantaba sus canciones.
No faltó ninguno de sus éxitos más conocidos. El primero en caer dentro de la primera media hora fue siempre brilla el sol que dio paso unos minutos después a otro hit de los granadinos como es el tiempo pasará. La catarsis llegó al filo de las once de la noche con Emborracharme. El Parque Colón se quedó afónico cantándola justo antes del descanso. A la vuelta Lori Meyers tenía preparada la traca final. Media hora de música que terminó con mi realidad y alta fidelidad.
Noni tuvo presente al público durante todo el concierto, mezclándose con ellos durante los últimos acordes de alta fidelidad porque, tal y como reza la letra de la canción, “todo esto es culpa de la gente”. Una gente a la que la banda agradeció que los hubieran acompañado en sus conciertos durante la pandemia, con mascarilla, porque de esta forma, reconoció Noni, “han salvado la cultura”. Palabras que Majadahonda agradeció con un sonoro aplauso.