El auto, adelantado por El Mundo y al que ha tenido acceso En Papel, señala que no hay pruebas que sustenten la acusación de la joven
Un chalet, una fiesta, barbacoa y alcohol durante el día. Por la noche, juegos sexuales que terminaron con una denuncia por presunto abuso sexual en el juzgado de Majadahonda que ahora ha sido archivada. Uno a uno, los invitados se fueron marchando de la fiesta hasta que solo quedaron el empresario, su pareja sentimental y la denunciante, que empezaron con juegos de adultos y acabaron en la cama manteniendo relaciones sexuales completas. La pareja sentimental del acusado era sugar baby –mujer que acepta relaciones a cambio de lujosos regalos- y su amiga, también. Ella le había advertido a su compañera de que solo podía besar al empresario en la boca, pero no le hizo caso.
La supuesta víctima denunció los hechos porque aseguró que las relaciones no fueron consentidas y que, además, le drogaron para consumirlas. El juez archiva la denuncia porque todos los testigos que estuvieron antes de los juegos sexuales declararon que no la vieron drogada ni mareada durante la fiesta y la pareja sentimental del empresario que estuvo con ella en la vivienda y con la que discutió porque no quería que se acostara con él manifestó que las relaciones fueron consentidas. Además, la joven padece una enfermedad por la que toma un medicamento que es compatible con los restos encontrados en las muestras de sangre. Por todo ello, la juez concluye que “no existen elementos corroboradores ni indicios objetivos o subjetivos, principales o periféricos, directos o indirectos, o ni siquiera circunstanciales de la versión de los hechos ofrecida por la denunciante, acerca de unas supuestas relaciones sexuales inconsentidas, inducida por un supuesto consumo de tóxicos”.