El Rayo Majadahonda continúa con su lenta mejoría de la mano de Alfredo Santaelena tras la pésima planificación de la temporada que solo tiene como responsable a la directiva del club que confió el proyecto deportivo en personas que no contaban con la experiencia necesaria para un club que aspira a estar siempre arriba porque, no lo olvidemos, llegó a jugar en la división de plata del fútbol español. Si no hay milagro que lo remedie, y con Santaelena todo es posible, esta será una temporada de mero trámite que debe servir para que los dirigentes del club, con su presidente a la cabeza, tomen nota de los errores cometidos para que no vuelva a ocurrir lo mismo.
La directiva no permitió continuar en el banquillo a Abel Gómez, que nos llevó a jugar la fase de ascenso. Además de comportarse como un señor fuera del campo y defender siempre a la plantilla cuando llegaron los altibajos en la fase regular. La confianza y el buen ambiente en el vestuario fueron la clave para el arreón final del equipo que, junto a una pizca de suerte, nos metió en el grupo de los favoritos. El equipo no superó el cruce ante el Albacete, que fue el equipo que terminó ascendiendo a Segunda División. Hoy en día, jugar el ‘play off’ de ascenso este año parece un sueño. El recambio elegido no fue ni mucho menos acertado. Diego Nogales revolucionó una plantilla que había cumplido con el objetivo el año anterior. Hizo dieciséis fichajes en todas las líneas de juego, pero su aventura duró seis partidos en los que solo consiguió sumar un punto.
Ahora, Alfredo Santaelena trata de solucionar ese desaguisado deportivo y lo está haciendo a golpe de trabajo. Los cambios en el once inicial están dando sus frutos, pero a nadie se le escapa que sus decisiones también revelan que no cuenta con una plantilla competitiva que quiere mejorar. Desde su llegada se han producido las salidas de Álvaro Fernández, Konaté y Salama y las llegadas de Zozulya, Iván Rodríguez y Javi Ros, que tienen experiencia en el fútbol profesional. Los resultados avalan las decisiones del míster. Seis victorias, tres empates y cuatro derrotas lleva desde que se incorporó al club. Y eso que alguna, como el 1-2 ante el Real Madrid Castilla de Raúl, fue bastante injusta. Por desgracia, es como si la temporada de verdad empezara ahora con un proyecto deportivo serio y a la altura de la categoría.
Este es el camino a seguir para reconciliar a la afición con la directiva. Un divorcio que comenzó la temporada pasada. Esperamos que esta sea una temporada de transición tras una trayectoria marcada por un cúmulo de decisiones equivocadas. Ya sabemos lo que no hay que hacer.