El 2022 fue el año con mayor subida de precios de los últimos 35 años, pero 2023 le sigue de cerca. Según la cesta de la compra de la OCU, los precios han subido un 14,1% en todas las cadenas de supermercados.
No hay que olvidar que tanto los salarios como las pensiones también han experimentado un incremento, aunque no lo ha hecho así el poder adquisitivo de las familias, que de nuevo en niveles de 2011, obliga a un empobrecimiento de la dieta y a consumir productos más procesados y de menor calidad.
Desgraciadamente, según la OCU “sí podemos esperar que los precios sigan subiendo, sobre todo dado el repunte en la inflación que vimos en el mes de septiembre, motivado principalmente por la electricidad y los carburantes. Esto usualmente conlleva una subida posterior en productos de alimentación, dado su impacto en los costes de producción y distribución”.
Hay factores comunes en las subidas de muchos productos, como la inflación en los precios de la energía y los carburantes, pero otros tienen causas añadidas. Por ejemplo la guerra en Ucrania, que ha afectado al precio internacional de algunos cereales o, al comienzo, al precio del aceite de girasol. También estarían los efectos de la sequía o malas cosechas, no sólo en España.
“En los últimos meses, parece que se puede estar produciendo una inflación de segunda ronda, que se debe no a la subida inicial de materias primas o costes como la energía y los carburantes, sino a la subida de otros productos intermedios y los salarios, como respuesta a las primeras subidas”, aclaran desde la OCU.
Lo que más preocupaciones levanta por parte de la Organización de Consumidores es que este año las subidas afectan a la inmensa mayoría de los productos, pero especialmente a productos saludables, lo que está impulsando una sustitución de muchos alimentos frescos, como las frutas y las verduras, la carne o el pescado en favor de alimentos precocinados, más baratos.
Otro término que se ha hecho viral este año es la reduflación, es decir, un paquete de pan de molde antes costaba un euro con diez céntimos e incluía 30 rebanadas, ahora cuesta un euro con veinticinco, unos pocos céntimos menos que la competencia, pero sin embargo, ahora solo son 28 rebanadas. No es algo nuevo, se veía habitualmente en productos de higiene, de limpieza e incluso snacks, pero ahora se ha trasladado a productos alimentarios de consumo más frecuente.
Tanto esta como otras organizaciones piden más reducciones de IVA en carne y en pescado, las dos fuentes principales de proteínas”.
Esta organización concluye en su último informe de precios que “se pueden ahorrar 1056 euros de media según donde compremos”. Aseguran que “suele ocurrir que el establecimiento más barato para productos frescos no coincide con el que lo es para productos de marcas de fabricante o con los de marca blanca. Además, no dejarse llevar por ofertas llamativas que no son necesarias que en una compra general van a suponer un mayor gasto, nos ayudará a ahorrar algunos euros más.
El sobrepeso y obesidad, que a su vez son el origen de enfermedades cardiovasculares y diabetes, pero también la malnutrición son ejes principales de los observatorios de la OMS, que cada año cobran más importancia en los países desarrollados.
Según la OCU, “son esperables subidas (de precios) de aquí a fin de año, dado el repunte de inflación que posiblemente se de y debido a la inflación subyacente”.