Las casualidades existen. Cuando ya habíamos preparado las entrevistas con Tania Moreno y Sara Andrés y su entrenadora, Sara Montero, nos llegó la noticia de que ellas serían las pregoneras.
La atleta paralímpica Sara Andrés, que entrena en Majadahonda, sufrió un accidente de tráfico con 25 años, quedándose sin piernas por debajo de las rodillas.
En los Juegos Paralímpicos de París quedó en cuarta posición, en la final de los 100 metros, rozando la medalla.
Su entrenadora, Sara Montero, es especialista en velocidad y vallas, y directora técnica del Club Escuela Atletismo Majadahonda.
Tania Moreno hizo historia en el vóley-playa español al alcanzar por primera vez los cuartos de final en unos Juegos Olímpicos de París. “París no ha sido solo París, sino todo el camino que hemos hecho para clasificarnos. El esfuerzo y la perseverancia han sido claves. Ha sido un sueño cumplido”, asegura. “Todo puede pasar en unos JJOO. La gestión emocional tiene un papel muy importante, y ha sido favorable para nosotras”.
Desde Texas (Estados Unidos), donde entrena y estudia, se convertirá en “pregonera en la distancia”, algo que “me hace mucha ilusión porque puedo reconectar con mi ciudad natal”.
Sara Andrés, a punto estuvo de conquistar el pódium. “Me quedé a las puertas de la medalla, pero estoy muy contenta. Se han cumplido las expectativas del ranking”. “Lo importante es tener paciencia y tener mucho apoyo profesional. Yo necesito a un equipo muy grande; fisios, protésicos, a Sara… Pero pasas de estar en una silla de ruedas a conseguir correr. Me siento muy orgullosa, porque no todo el mundo lo consigue. El camino fue muy largo, pero lo recuerdo con cariño”.
Según Sara Montero, “en el caso de los amputados como es Sara, los entrenamientos son muy similares. Es una más dentro del grupo y es una fuente de inspiración. Solo hay que ver que cada vez hay más deportistas paralímpicos”.
Moreno termina con una reflexión para animar a todos esos jóvenes deportistas que se ven reflejados en nuestras pregoneras: “Todo es posible si uno trabaja duro y cree en sí mismo. Aunque las metas parezcan inalcanzables”.