Cuando la plantilla del Rayo Majadahonda abandonaba este domingo el estadio Narcís Sala, tras la victoria 1-2 ante el Sant Andreu, permitiendo al equipo majariego llegar a la final del playoff por el ascenso a Primera Federación, varios aficionados violentos del club catalán descargaron su frustración lanzando piedras y botellas contra el autobús del conjunto madrileño, llegando a romper varias lunas.
Con 6.500 aficionados presentes, en un momento decisivo para ambos conjuntos, se esperaba un partido cargado de tensión, que finalmente estalló después de que dos aficionados lanzaran agua y golpearan a un jugador suplente y al utillero del equipo visitante. Aunque fueron expulsados y el partido continuó. Antes de abandonar el estadio, ya en el vestuario, también fueron acosados por varios hinchas del conjunto local.
Hablamos con Jesús Arribas: “nos empiezan a gritar que nos van a matar”
En uno de los vídeos se puede escuchar “¡Que vienen, que vienen! ¡Tira, tira!”, antes de que el primero de los ultras comenzara a atacar el vehículo que aceleraba para tratar de salir del lugar, mientras los jugadores se resguardaban agachados en el pasillo, observando como varias ventanas se hacían añicos. Mientras el autobús avanzaba, era perseguido ante la incredulidad de los de Jesús Arribas con frases como “Tira, tira, no pares, ¡acelerá huevón!”, “Grábalo todo” o “No es nuestra culpa, esto ya es violencia”.
El Rayo Majadahonda ha hecho público un comunicado condenando estos hechos como “de extrema gravedad”. “Desde el club queremos dejar claro que no toleraremos ningún tipo de violencia en torno al fútbol. Hemos iniciado ya las gestiones necesarias y presentaremos las acciones legales correspondientes para que se identifique y sancione a los responsables de este acto”, han explicado.
Terminan agradeciendo el trato por parte del Sant Andreu, “que en todo momento mostró su preocupación por lo sucedido y nos ofreció su ayuda y colaboración”. El equipo catalán también ha reaccionado “lamentando profundamente y condenando rotundamente los hechos violentos ocurridos”, tildándolo de “hechos aislados”. Aunque acaban el comunicado lamentando que “estos hechos se aprovechen para criminalizar indiscriminadamente a nuestra afición, a quien agradecemos su apoyo durante toda la temporada y muy por encima del resultado que haya”.
La alcaldesa de Majadahonda, Lola Moreno, hacía pública su repulsa ante estas acciones, insistiendo en que “desde el Ayuntamiento de Majadahonda, y yo como alcaldesa, condenamos rotundamente las agresiones de varios radicales contra el autobús del equipo Rayo Majadahonda. La violencia física o verbal no tiene cabida en nuestra sociedad y es totalmente incompatible con los valores del deporte“.
Jesús Arribas: “nos empiezan a gritar que nos van a matar”
Hemos hablado con el entrenador majariego, Jesús Arribas, que nos ha contado de primera mano como vivieron esos momentos. “Los Mossos no nos dejan salir hasta casi hora y media después de partido, e incluso se nos intentan colar en vestuarios cuatro o cinco, y nos empiezan a gritar que nos van a matar. Ahí tenemos que llamar ahí a los Mossos, y cuando ya nos dejan salir nos dicen que nos van a escoltar, con tan mala suerte que nos meten por la calle principal en la que se juntan todos los radicales del Sant Andreu, y los Mossos se quedan atrancados en el giro de una rotonda y el autobús no puede ni tirar para adelante ni tirar para atrás”, nos explicaba Arribas, que temió por la integridad de la plantilla al observar que “casi 300 personas empiezan a correr, aunque igual exagero, pero la sensación era esa, los primeros intentando pincharnos las ruedas, tirándonos cosas a la luna delantera, luego a las lunas de los laterales y así es como nos parten los cristales, empiezan a reventarnos, a llovernos objetos y menos mal que el conductor estuvo hábil y escapó en dirección contraria porque si no lo más seguro es que no lo contemos. Estábamos indefensos ante un grupo de radicales y que podían haber hecho con nosotros lo que hubiesen querido“.