Mayte Serna Fernández es la coordinadora de Remax Jumbo Punto Cero, una de las dos franquicias con las que cuenta la red inmobiliaria en Majadahonda. El establecimiento está a punto de cumplir 11 años como parte del grupo, y a pesar de la situación inestable del mercado, Mayte mira al futuro con confianza. La coordinadora lleva desde junio de 2004 en el sector. “Desde siempre me ha gustado el mundo inmobiliario”, confiesa.
Remax Jumbo Punto Cero, situada en un punto estratégico, en la calle del Dr. Calero, nº2, tiene sus orígenes en un proyecto empresarial, también relacionado con el sector inmobiliario, que surge en el año 2001. Fueron unos comienzos “realmente muy difíciles”, asegura Mayte.
“Abrir cualquier negocio en Majadahonda o en cualquier otro lugar, sea franquicia o no, es una tarea muy complicada hasta que consigues estabilizarlo y siempre tienes que estar muy atento a los momentos de mercado y otros factores para poder reaccionar a tiempo”. Mayte lo hizo en 2012, cuando vio la ocasión de unirse a Remax: “La crisis de 2008 obligó al cierre de muchas oficinas y eso nos creó la oportunidad de unirnos al proyecto inmobiliario más atractivo y sólido, como es Remax”, explica.
La oficina se convirtió en franquicia de Remax en enero de 2013. Desde entonces no ha parado de crecer. En la actualidad, trabajan 27 personas, entre agentes y ‘staff’. “Somos optimistas sobre la evolución del mercado en Majadahonda y el conjunto de la zona Noroeste”, subraya. Mayte es consciente de que la situación es compleja, pero asegura que ya han pasado por situaciones similares y las han superado. “Al mismo tiempo que llegan situaciones complicadas se generan oportunidades”, señala. “Hay que estar atento a saber interpretar el mercado más allá de las dificultades que vayan a durar más o menos tiempo”. Para eso “hace falta comprender bien el negocio y consolidarte en la zona”.
La experta en el sector y su equipo se han establecido en Majadahonda y reciben solicitudes de toda la zona. “Aquí siempre hay mayor demanda que oferta, porque es una población muy atractiva, pero la construcción de obra nueva es muy escasa. Por eso, lo que más se busca en la localidad son viviendas de segunda mano”.
Las ventas aguantan, pero el euríbor, la crisis energética y la inflación están “comenzando a incidir en el negocio”. “Estas son cuestiones que están empezando a mostrar su cara más difícil y van a hacer que el mercado inmobiliario cambie”, asegura.