Beatriz Echevarría, ideóloga y socia fundadora de El Horno de Babette, protagoniza un nuevo Martes del Emprendimiento organizado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado, con el patrocinio de Iberdrola.
Juan Claudio Abelló, presidente del Instituto de Emprendimiento Avanzado, ha presentado una empresa que lucha por la calidad de su producto, sin olvidar los aspectos empresariales, en los Martes del Emprendimiento, patrocinado por Iberdrola, en el que Beatriz Echevarría ha demostrado su pasión por el proceso de elaboración del pan, aunque ahora se dedique a otros aspectos del negocio.
El mundo del pan “comenzó a volverse viral durante la pandemia en las casas, antes no éramos tantos los que nos preocupábamos por la calidad del producto”, explicaba Echevarría. El pan industrial, ultracongelado y con baja calidad nutricional, está a la orden del día, en el lineal de cualquier supermercado o en muchas panaderías que guardan una estética engañosa. Pero El Horno de Babette ha decidido darle una vuelta a este sector, con un producto de buena calidad, una escuela de panadería y repostería, una tienda online y cinco tiendas físicas en Madrid.
Su andadura comenzó en 2008 como escuela especializada en pan y repostería. Hace diez años abrieron su primera panadería, Peñagrande, para poner en práctica todo lo que habían aprendido las tres socias fundadoras sobre “ser panaderas en casa”.
Trabajan con los mejores ingredientes y los procesos más adecuados, como amasados poco agresivos, fermentaciones lentas, uso de masa madre, control de temperaturas, formado a mano, u horneado en horno de piedra. Otro aspecto que Echevarría tiene muy en cuenta, además de la localización de los establecimientos, es la optimización del espacio de estos, para exprimir al máximo sus capacidades y que el trabajo sea fluido, algo que considera esencial en cualquier negocio. Su filosofía es crecer poco a poco, así han ido abriendo nuevas tiendas según podían aumentar la producción de su obrador, y ahora cuentan con un obrador para panadería y otro para repostería.
Pero todo este crecimiento no ha estado exento de la necesidad de incorporar perfiles especializados, “porque los emprendedores por vocación tenemos ese déficit, el de lo empresarial, los tipos de inversión, y todo lo que realmente necesitamos hacer”, por eso ha destacado la “imprescindible formación” que ofrece el Instituto de Emprendimiento Avanzado a los emprendedores. “Cuando yo empecé era todo muy de ‘hazlo tú mismo’, pero comenzamos a crear la escuela, con cursos en el obrador de la cocina de nuestra casa, para amateurs, pero acabamos trayendo a profesionales del sector para dar clases a otros profesionales”, relataba Echevarría, que no se reconoce como empresaria, porque con lo que realmente disfruta es con la evolución de las masas, la destreza en el amasado, la fermentación, el horneado o incluso la logística y la organización, poniendo mucho énfasis en el control de calidad.
No desean abrir franquicias, porque “no quiero perder el control sobre el producto”, uno de los principales papeles de Echevarría, el control de producto, y porque “el buen pan tiene una rentabilidad baja” para una gran cadena, por ejemplo, pero “nuestro pan hay que pesarlo, ver cuanto dura y cuanto nos llena, en comparación con el pan industrial, una hogaza de un kilo puede durar 3 o 4 días sin estropearse”. Prefieren consolidar su marca desde el mismo obrador, creciendo siempre asociados a la calidad del producto, su sabor y su aroma. La competencia real en Madrid son como mucho una quincena de panaderías, pero lo diferencial para Echevarría es “saber venderlo y comunicarlo”, porque “en determinados sectores como el del café, la cerveza, el queso o el pan… se está generando la necesidad de un producto de más calidad, y no es una moda”. Aunque sea más caro, dura más y es más nutritivo, “y es un alimento principal, que aporta carbohidratos y fibra a nuestra dieta, que está llena de productos de baja calidad que causan problemas como la obesidad”.
La cultura del pan es internacional y “habla de la cultura de cada país y de la infancia”, además de ser “un trabajo diferente, manual, tenemos que hacer que unos bichitos trabajen para nosotros, como en la fermentación”
Como consejo para los emprendedores, Beatriz Echavarría apunta a que “mientras vas creciendo tienes que ir formándote y sabiendo donde puedes aportar, y donde necesitas delegar”. A lo que añadió que “si no tienes producto es complicado”, por eso es importante aliarte con alguien con vocación, sin olvidar que “está muy bien tener empuje e ideas, pero la formación es crucial en todas las áreas del emprendimiento”.
El Horno de Babette es miembro-fundador del colectivo PEPA (Pequeños Panaderos Afines), y en el año 2016 recibió el premio La miga de Oro. En el año 2018 Beatriz Echeverría recibió el premio Panadera de Excelencia, y además de ser redactora jefa de la revista PAN, tiene un podcast dedicado a la panadería, “Contigo, pan y cebolla”.