Alba Monteiro, concejal de Economía, Innovación y Empleo de Las Rozas, ha protagonizado un nuevo Martes del Emprendimiento, organizado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado, en el que hemos podido conocer como desde la administración pública “estamos intentando cambiar la forma de hacer las cosas”, apoyándose en la innovación y el emprendimiento, en un encuentro dirigido por el presidente de esta escuela de negocios, Juan Claudio Abelló.
Monteiro es, además, profesora de Comunicación en la universidad Rey Juan Carlos y tiene un máster de gestión empresarial (MBA) por la universidad Europea. La concejal roceña descubrió que su propósito era la gestión y tras varios años en la empresa privada se incorporó al equipo de José de la Uz en el Ayuntamiento de Las Rozas.
“Las administraciones públicas parece que siempre están un poco al margen, pero tenemos mucho que aportar. Estamos mano a mano con los vecinos. Estamos intentando transformar desde el servicio público, conectar el ecosistema y cambiar la forma de hacer las cosas”, explicaba Monteiro.
Un emprendimiento desde lo público
Monteiro hizo suya una anécdota del alcalde roceño que explica el origen de este municipio referente internacional en digitalización, innovación y emprendimiento. “Hace diez años, De la Uz, se encontró una fila de personas eterna para hacer un trámite y entonces se dio cuenta de que la innovación y la tecnología iban a ser los grandes aliados para ser capaces de digitalizar la administración. A día de hoy, la mayor parte de los trámites se abonan por bizum, se tramitan de forma telemática, tenemos un robot con inteligencia artificial que te atiende en la web. Lo que hemos hecho acercar la administración al vecino”.
Este municipio de 100.000 habitantes cuenta con un ecosistema de 10.500 empresas, lo que lo coloca como la segunda ciudad con más startups, después de Madrid. Ha sido nombrada “una de las ciudades más inteligentes del mundo”, por el Intelligent Community Forum, gracias a iniciativas como su sede electrónica integral o los torneos y campamentos de robótica.
En Las Rozas priorizan utilizar la tecnología a favor de la ciudad y del vecino, con iniciativas como una red de sensores que está desplegada por la ciudad y permite convertir en inteligentes el riego, optimizando el uso del agua, o los contenedores, que reportan su nivel de llenado.
Para Monteiro, “los emprendedores necesitan ser apoyados, escuchados y tener un sitio donde desarrollarse”. Y es que muchos están desarrollando tecnologías que pueden testar en la propia ciudad, a modo de “tractor tecnológico”, que favorece las sinergias entre las startups.
Un pilar fundamental en todo esto es la empresa pública Las Rozas Innova, que surgió con el fin de ayudar a agilizar los procesos de innovación y digitalización. Esto permite al Consistorio abordar el emprendimiento en todas sus etapas, y trabajar por “ser un país en el que emprender sea una oportunidad para cualquiera, como trabajar por cuenta ajena”.
Emprendedores desde el colegio
Los colegios roceños también apuestan por el emprendimiento desde la Primaria, “creando su empresa, haciendo el marketing, con dinero del Monopoly, un presupuesto, donde van a tener ingresos, donde van a tener costes”, pero el nivel crece en la ESO, donde los alumnos “reciben retos y se vienen a la Concejalía durante cinco días y, por equipos, dan solución a retos reales lanzados por empresas de nuestro municipio. Después hacen sus elevator pitch delante de las empresas”.
Y esto no termina aquí porque incluso hay un escalón más. El Ayuntamiento hace de nexo entre las necesidades que tienen las empresas y las soluciones que pueden aportar los centros de investigación de universidades como la Politécnica, la Europea o la Complutense. Así, las empresas reciben el apoyo del Ayuntamiento para encontrar soluciones innovadoras, atrayendo talento y llegando a incluir a estos profesionales en la empresa. Como en el caso de Talgo, que lanzó un reto para mejorar la experiencia del usuario en el tren.
Otra de sus iniciativas para resolver los problemas de las empresas es un speed datingentre entre investigadores y las propias empresas, en el que en turnos de diez minutos surgen sinergias que se acaban por materializar en soluciones reales.
También ofrecen formación teórica gratuita, y cuentan con un punto de atención al emprendedor permanente y con una incubadora de startups, que este último año ha acogido a 28 de los 200 proyectos que se presentaron. Algunos de ellos procedentes de fuera de nuestras fronteras. “En la incubadora nos preocupamos de la mentorización, la formación y madurar la idea para que sea rentable y viable. Para que ellos solo se preocupen de emprender”.
Toda esta ayuda no solo está destinada a startups, en base tecnológica, o negocios escalables, sino que está abierta a cualquier emprendedor. Una vez que los proyectos han pasado el filtro de la incubadora pasan a Las Rozas Innova, a la aceleradora de startups, donde les conectan con redes de inversores internacionales que vienen dos veces al año a escuchar los pitches”. Monteiro aconseja a los emprendedores que “no necesitas tener todo el mercado validado ni todo perfecto para lanzar la idea. Lanza la idea, y comprueba si funciona”.
Un futuro incierto cargado de oportunidades
“Necesitamos estar preparados para un futuro en el que no deberíamos depender tanto de lo que hay fuera de Europa. Creo que deberíamos disminuir un poco la regulación para atraer talento. Nos enfrentamos a un futuro cambiante, dinámico e impredecible políticamente y por la transformación digital”, aseveraba Monteiro, que insistía en la “buena calidad investigadora” de España, “pero no podemos monetizarla”.
“España tiene cosas que no tiene ningún otro país, aquí podemos hacer lo que nos propongamos, solo tenemos que tener actitud y ganas, y establecer buenas relaciones. Hay que salir de España para darse cuenta de lo que tenemos aquí, tenemos un montón de ventajas competitivas. Por ejemplo, somos pioneros en energías renovables o el tercer país del mundo en digitalización”, concluía Monteiro, asegurando que “las disciplinas STEM van a formar parte del 80% profesiones más demandadas en 2030, y que además la mayoría todavía no existen”.