El Instituto de Emprendimiento Avanzado ha celebrado otro encuentro especial de mujeres en su habitual Martes del Emprendimiento. La II Mesa de Encuentro de Mujeres del Mundo ha reunido a siete mujeres de todos los rincones del planeta, que han contado sus historias de emprendimiento, superación y resiliencia.
Así, estas empresarias pudieron poner en marcha su proyecto personal y profesional para encontrar su lugar en España. Cinco mujeres que con pasión, constancia y formación han convertido los desafíos en oportunidades.
El presidente del Instituto de Emprendimiento Avanzado, Juan Claudio Abelló, ha sido el encargado de inaugurar el encuentro junto a la emprendedora, Rosa Gil, que reconocía que “nuestro desafío es doble, al tener que conquistar no solo un emprendimiento, una carrera profesional, sino también conquistar un país distinto”.
La activista panafricanista Besha Wear de Gabón, defensora de los derechos humanos y de la mujer, se está adentrando en el mundo del turismo, para “dar a conocer los paisajes, historias y experiencias de mi país, que es muy poco conocido en España”.
Su sueño era tener un hotel en Gabón, pero cuando fracasó, decidió “seguir viviendo mi sueño, sin tener yo misma las infraestructuras”, por ello creó Okenga Tour. Así que se puso en contacto con conocidos de su país para poder gestionar alojamientos, transporte, experiencias y todo lo necesario, porque “yo veía que en los países de América Latina tienen el turismo muy desarrollado, y nosotros podemos hacer algo parecido, pero en España se conoce muy poco África Central”.
Flavia Boja llegó desde Perú hace quince años a España, donde se formó como abogada especializada en extranjería, llegando a dirigir su propio despacho, FB Abogados y Asociados, centrado en el asesoramiento a extranjeros.
Boja siempre ha tenido claro que quería trabajar por cuenta propia, para lo que considera imprescindibles las redes de mujeres. Ella forma parte de la asociación de Mujeres Empresarias Iberoamericanas. “Esto me permite crecer mucho más rápido, porque el networking es esencial, no solo puedes aprender, sino que también puedes ganar colaboraciones o negocios”, confesaba.
Además, subrayó las trabas que suponen los trámites legales, las barreras culturales y el desconocimiento del mercado.
Margaret Chen es una empresaria china que llegó hace más de tres décadas a España, para trabajar como ingeniera en Telefónica, aunque en la última década le ha dado un vuelco a su vida, fundando, además, el China Club, una asociación de profesionales chinos en España.
Chen recordaba que “de entre todos los inmigrantes, el grupo chino es el que tiene más ratio de crear empresas”, aunque reconocía que “la legislación y el tema fiscal son muy diferentes en China, lo que causa problemas a pequeñas y medianas empresas, que no son capaces de entender los cambios”. Por ello, dedica parte de su tiempo a apoyar a ciudadanos chinos que quieren emprender en España.
“En China, muchas veces, la gente dice: ‘tú eres mi amigo, hacemos esto, no hace falta firmar nada’. Y esa conciencia de emprender en un lugar nuevo solo la aporta la formación, porque hay que tener alguien que te acompañe y te diga como se hacen las cosas”.
Chrystel Rouveure, de Francia, llegó a España en la década de los 90 como profesora, pero ahora se dedica al coaching centrado en el síndrome del impostor, dando formaciones a empresas y también a emprendedores.
Considera que hay varios pilares fundamentales para adaptarse al ecosistema empresarial de otro país. “En primer lugar el idioma, con sus matices, después está la formación, sin olvidar el papel de las asociaciones”.
Así, Rouveure también destacaba la importancia de la formación, sobre todo en áreas como el marketing digital o la estrategia, porque “de haber tenido esa formación hubiera tenido una espinita menos a la hora de emprender”.
Aunque sin duda la historia de la tarde ha sido la de Sajeda Kaj. Con tan solo 19 años, llegó a nuestro país desde Afganistán hace diez meses, después de que los talibanes colocaran bombas en su centro educativo, matando a más de 55 personas y dejando 180 heridos. Actualmente, coordina actividades para las mujeres y niños refugiados. Su objetivo es poder ayudar a las mujeres afganas, porque en su país “las mujeres no pueden estudiar, no pueden trabajar, no pueden viajar, no pueden hablar con voz alta, no pueden cantar, no pueden nada” y, añadía, “cuando la mitad de un país no trabaja, la economía va muy mal”.
Sajeda considera que “hay que cambiar el mundo y convertirlo en un lugar seguro para todos. He superado muchos obstáculos, entre ellos tres cirugías, pero al final he venido a España. Aunque no ha sido un deseo, ha sido una obligación. Tienes que dejar tu país, tu familia, tus amigas, tu casa, dejas todo y vas a otro país solo con una maleta”. Lo que para Sajeda demuestra que “las personas sin oportunidades pueden, si lo intentan, llegar a cumplir sus sueños. Tenemos que ser más duros que los problemas”.
Endalys Tiberio, venezolana, se especializó en coaching integral, con el objetivo de “acompañar a las personas, ofreciéndoles herramientas, trabajando la programación neurolingüística y la bioneuroemoción”.
Tiberio reconocía que “emprender en España ha sido muy desafiante”, por lo que aconseja “autoconocerse”. Es decir, “es fundamental mantener metas, objetivos claros y alcanzables. Ahí surge la motivación. Además, la mentalidad resiliente, afrontar desafíos, aceptarlos y continuar, aprendiendo siempre es muy importante, así como rodearte de una comunidad con la misma mentalidad”. También recomienda “no olvidar los hobbies”.
Soraya Mesa, de República Dominicana, CEO de Nice and Beauty, fundó la asociación Mujeres que Podemos. Para ella es necesario que “se implementen recursos económicos como microcréditos, para que las mujeres migrantes puedan romper esa barrera económica. Además, son muy necesarios los programas formativos. Mi consejo como mujer emprendedora es tener valentía”.
Para Mesa la actitud lo es todo a la hora de emprender, recordando que “después de la pandemia yo creé mi propio proyecto con cero euros. Con un bolígrafo, con un papel, con un móvil y con una idea clara, que fue pensando en mujeres que querían emprender como yo sin dinero y después de una pandemia sin trabajo”.