Gerard García, fundador y CEO de Deale, ha protagonizado un nuevo Martes del Emprendimiento, organizado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado, dirigido por el CEO de esta escuela de negocios, Wilfredo Jurado, dando a conocer una plataforma digital única, enfocada en facilitar la compraventa de pequeñas y medianas empresas (PYMES).
Deale nació tras la pandemia de COVID-19, una época de incertidumbre que García aprovechó para lanzarse. Su inspiración vino tras descubrir el vasto mundo de las empresas no cotizadas tras su experiencia en el sector financiero (GVCO, KPMG, Arcano), donde se encontró repetidamente con “PYMES que, siendo rentables, eran consideradas ‘demasiado pequeñas’ para ser atendidas por estructuras financieras tradicionales”.
Por ello, esta plataforma digital aborda un problema creciente en España: la falta de relevo generacional en las PYMES. “Las familias crecen, y las nuevas generaciones a menudo eligen caminos profesionales distintos a los negocios familiares”, explicó García. Esto, sumado al tamaño relativamente pequeño de las empresas españolas y la baja disponibilidad de capital, crea una “fórmula perfecta” para el mercado que Deale atiende. “Todo el mundo sabía que existían, pero nadie le estaba prestando atención ante una creciente un creciente problema que es demográfico”, afirmó Gerard.
Un nicho de mercado con gran potencial en España
Su estrategia se basa en tres verticales: la originación, conectando digitalmente PYMES, inversores y asesores; la ejecución, con herramientas tipo CRM para gestionar operaciones; y los datos. Gerard destacó la “excepcional” transparencia financiera pública en España, que le permite mapear operaciones de compraventa desde el año 2000, manejando datos que superan las 10.000 transacciones anuales en el país.
Financieramente, Deale ha mostrado un crecimiento exponencial. Partiendo de una facturación de 150.000 euros, prevé superar los 3.5 millones de facturación y obtener casi medio millón de beneficio en su cuarto año. La plataforma actualmente atiende a cerca de 20.000 usuarios y registra el interés de unas 1.000 empresas al mes, siendo la falta de relevo generacional el motivo principal en 8 de cada 10 casos. Actualmente, ya han facilitado ya más de 100 operaciones.

El modelo de negocio se basa en suscripciones (1.000 € /mes durante 6 meses para empresas; 250 € /mes para inversores y asesores) y una comisión de éxito, que se descuenta de la suscripción. Gerard aclaró que Deale “no actúa como asesor, sino como facilitador”, creando un marketplace donde compradores y vendedores se encuentran. Utilizan perfiles ciegos iniciales, gestionan la firma y agilizan el proceso de preguntas y coordinación de reuniones. Esto permite un tiempo medio de cierre de operación de 120 días, significativamente más rápido que los 6 u 8 meses habituales.
Un aspecto clave es la conexión entre las partes, que a menudo “hablan idiomas muy distintos: el comprador es muy financiero, mientras que el vendedor se enfoca en el producto y la operación del día a día”.
Sobre la gestión del equipo, de unas 40 personas, Gerard reconoció que, aunque la rotación es mayor que en empresas tradicionales, es baja para una startup, gracias a beneficios y planes de carrera. El proceso de selección es profesional, buscando perfiles con empatía.
Finalmente, abordando el alcance internacional, Gerard señaló que, si bien las empresas listadas son españolas, la demanda de compra proviene de todo el mundo, con inversores de Francia, Austria, Estados Unidos, Chile, China y Canadá interesados en el mercado español.
García, que fundó Deale con 26 años, destacó la importancia de rodearse de gente con experiencia. Para él, se trata de su proyecto de vida, una iniciativa para “generar valor” más allá de lo monetario. “Yo no trabajo, yo no tengo sensación de trabajar”, aseveraba García. Inspirado por la idea de no arrepentirse en el futuro de lo que no se hizo, adoptando el marco del “regret minimization framework”, “si no tienes dudas lánzate”, aconsejó.
Enfatizó la necesidad de compartir las ideas y perseverar, aceptando críticas para adaptar el proyecto. Subrayó que “emprender solo es superduro” y que es “mucho más fácil emprender acompañado”.
Enviado desde mi iPhone