El bombero Sergio Tubío, vecino de Majadahonda, natural de Bilbao, es el fundador de la Unidad Formativa de Intervención en Tentativa Suicida de los Bomberos de Madrid, que ha recibido el premio de la Fundación Mapfre por su labor al Mejor Proyecto por su impacto social, premiado con 30.000 euros, que destinarán a organizaciones de prevención.
La mayor causa de muerte no natural en nuestro país es el suicidio, y cada día 11 personas consiguen acabar con su vida, unos datos que impresionan porque parecían estar tapados hasta hace poco por un halo de secretismo y vergüenza.
Sergio Tubío, bombero del Ayuntamiento de Madrid, se dio cuenta de que había que hacer algo cuando asistió a la escena de un suicidio y vio el cuerpo de un chico que podría ser su hijo. Ese fue el punto y a parte.
Siete meses después de que diéramos a conocer su unidad, hemos vuelto a hablar con Tubío, para que nos cuenta el germen de esta unidad pionera.
“Durante varios años estuve haciendo un trabajo de investigación y luego ya en el 2016-2017, después de hablar con compañeros, me animaron a que todos los compañeros pudieran conocer estos avances que había hecho. Presenté un proyecto a la Escuela de Bomberos, les gustó mucho y ahí ya formalmente nació la unidad”, relataba Tubio. Son los bomberos los primeros que suelen acercarse a una persona que pretende quitarse la vida, de ahí la importancia de saber como lidiar en esos primeros instantes de tanta tensión. A día de hoy, prácticamente la totalidad de los bomberos de Madrid tienen esta formación, y los bomberos de la Comunidad están recibiéndola gracias a toda la información que ya ha puesto en práctica Tubío.
“Creo que son muy importantes las intervenciones en las que todos los servicios, incluyendo tanto a los sanitarios como a la policía, trabajamos en equipo y buscamos siempre la manera de coordinarnos. En el Ayuntamiento de Madrid hay un protocolo de actuación conjunta de Policía Municipal, SAMUR y Bomberos, para poder trabajar de manera coordinada y que los tres servicios puedan aportar desde sus conocimientos, y asesorar al resto y que podamos trabajar todos como un mismo equipo”, cuenta Tubío algo que pretenden no solo instaurar en toda la Comunidad de Madrid, sino incluso más allá de las fronteras españolas.
“Una de las claves de la formación (para estas intervenciones) es el autocuidado de nosotros mismos, con psicólogos y que nos ayuda a prevenir el estrés postraumático”; “otra de las claves es el autocontrol que viene de la formación, los conocimientos y también las prácticas que realizamos”. “Ves mucho sufrimiento y mucho dolor, y al final te puede llegar a afectar”, relata Sergio.
Con una media de tiempo de respuesta de siete minutos, estas unidades son un crucial primer contacto con la persona que pretende quitarse la vida. “Son intervenciones en las que todos los servicios, tanto sanitarios como policía, trabajamos en equipo y buscamos siempre la manera de coordinarnos, poniendo siempre como prioridad a la persona que se encuentra en crisis, y tratar de entenderla”, contaba el bombero.
“La gente al principio era un poco reacia, quizá temerosa” contaba, pero el cambio de filosofía de los últimos años ha demostrado que el número de rescates exitosos cada vez es mayor, lo que les ha valido el apoyo de las instituciones. “Una de las estrategias principales era humanizar la intervención”, recalcaba, “es muy importante que la persona perciba que nuestro interés por ayudarle es genuino”.
“Lo que se hacía antes de la creación de esta unidad, era intentar pillar a la persona en un descuido y alejarla del peligro, pero suponía un riesgo mayor. Ahora el objetivo es humanizar la intervención, intentando empatizar, presentándonos, dejando que se desahogue y intentar ofrecer ayuda. Sobre todo hacerle ver que lo que le pasa es normal“, explicaba el bombero.
“Una vez generada esa confianza, hay que ofrecerle alternativas para dirigirnos a un lugar para seguir conversando y ofrecerle ayuda”. Sergio Tubio está compartiendo sus conocimientos, procedimientos y planes con otros cuerpos de bomberos y fuerzas de seguridad nacionales e internacionales. “Das una respuesta más rápida si todas las unidades están formadas al respecto“, apuntaba.
Desde su unidad, Sergio Tubío insiste en la necesidad de un Plan de Prevención del Suicidio nacional, que aumente la educación y la formación al respecto, y ponga herramientas para la detección de este tipo de consultas. Además contribuye con la plataforma “Hagamos un plan”.
Si necesitas ayuda, puedes llamar al teléfono de Ayuda a la Conducta Suicida 024, al teléfono de la esperanza 717003717 o entrar en papageno.es, donde encontrar gran cantidad de recursos.