El Ayuntamiento de Majadahonda ha puesto en marcha la última parte del plan que ha desarrollado para reformar la ciudad a lo largo de esta legislatura. Esta es, sin duda, la parte más atractiva y vistosa de un trabajo que ha desarrollado el Gobierno municipal en un contexto nada fácil, porque esta no ha sido una legislatura normal. Cuatro años de gobierno marcados por una pandemia global y por una nevada que colapsó la ciudad. De no haber pasado lo que hemos pasado, habrían sido otros los anuncios y las mejoras de la ciudad a las que habríamos asistido. Porque si año de nieves, año de bienes; año de elecciones es también sinónimo de año de bienes.
El equipo de gobierno ha puesto en marcha la ‘operación asfalto’ más ambiciosa que se recuerda, con la actualización de 45 calles que suman 400.000 metros cuadrados de superficie. Unos trabajos que se harán gracias a un contrato marco primero y al Plan de Inversiones de la Comunidad de Madrid, después. Una vez terminados estos trabajos, Majadahonda tendrá un 70% de sus calles renovadas. A estas obras hay que sumar los trabajos de mejora del acceso y tránsito para peatones en las zonas de la calle Norias y del cementerio.
El otro gran escaparate que enciende las luces es la reforma de los cuatro grandes parques: Valle del Arcipreste, Cerro del Aire, Goya y Manuel de Falla. El consistorio reformará por completo esas zonas para uso infantil y permitirá el emplazamiento de negocios de hostelería como los del Parque Colón. Son siete millones de euros con los que culmina la remodelación de la zona de parques de la ciudad que empezó por los más pequeños.
Las obras son la palanca del cambio y la modernización de las ciudades y siempre son una buena noticia. Más aún cuando se trata de trabajos para la colectividad y no para unos pocos. Un mejor asfaltado y unos parques más modernos y acogedores redundan en beneficio de los vecinos.
Esta ha sido la legislatura más atípica que hemos vivido en Democracia y seguramente ningún plan de gobierno de ninguna Administración se haya podido cumplir mínimamente. Al siguiente inquilino de la Plaza Mayor le pedimos que no deje de transformar y de hacer más grande nuestra ciudad, poniendo al vecino en el centro. Qué Majadahonda sea más accesible, que tenga más oferta deportiva, más transporte público y menos privado. Que tenga más superficie peatonal para que los vecinos disfruten del centro. Y, por último, que atraiga más inversión, que dinamice la ciudad para que nos saque más aún a la calle.