El Rayo Majadahonda ha cerrado con nota una temporada que salvó en el último minuto de la fase regular. Los de Abel Gómez se clasificaron para jugar el ‘playoff’ de ascenso al fútbol profesional y cayeron con dignidad en la primera semifinal ante el Albacete. Los que dicen que el Rayo tiene que estar siempre en el ‘playoff’ de ascenso y califican de irregular la temporada de este año, no deberían ser tan categóricos. Basta mirar la tabla para darse cuenta del nivel de los rivales este año. Equipos de primera como Racing, Depor o Logroñés. Filiales de equipos de primera como Celta, Valladolid o Bilbao Athletic. No ha sido un camino de rosas y, además, ha habido que saltar obstáculos como la salida de Raúl Sánchez. El Rayo es una fábrica de jugadores sobre la que ponen sus ojos los grandes clubes.
A pesar de la adversidad, el mérito de míster y plantilla es innegable porque han permanecido al margen de las polémicas de la temporada. El cruce con el Atlético de Madrid en la Copa del Rey, las dudas en la portería, los cambios de sistema. Ellos creyeron y nos han enseñado a nosotros a creer. Abel Gómez ha conseguido recuperar a jugadores que parecía que atravesaban un bache interminable, como ha sido el caso de Nereo Champagne. El meta fue una pieza fundamental de la decisiva victoria ante el Badajoz. Y también ha sacado lo mejor de otros que han llegado al final en su momento más dulce, cómo ha sido el caso de Héctor Hernández.
El fútbol a veces es un ejemplo y esta vez es una de ellas. Un ejemplo de cómo con sacrificio, concentración, trabajo y resiliencia se pueden conseguir los objetivos y darle la vuelta a una situación que parece que no tiene solución. El fútbol a veces es un ejemplo de cómo el trabajo en equipo puede dar los mejores resultados cuando todo parece perdido. El fútbol a veces es un ejemplo de cómo un liderazgo efectivo y protector puede sacar lo mejor de una plantilla cuando está en el ojo del huracán. Y eso es lo que han demostrado esta temporada el entrenador, Abel Gómez, y los jugadores. Ante las críticas de aficionados y periodistas por los malos resultados se mantuvieron unidos y alejados del ruido. Nos pedían en silencio que no dejáramos de creer y nos demostraron con fútbol y resultados que tenían razón. Este periódico ha sido crítico con el equipo cuando robó a su afición el mes de abril, encajando cinco derrotas en liga. Lo hicimos con argumentos y con honestidad, que es lo que se le exige al Periodismo y al periodista. Con la misma honestidad que criticamos entonces al equipo, ahora le felicitamos por el gran final de temporada que ha hecho.