La Plaza de Colón de Majadahonda ha acogido desde el jueves de la semana pasada y hasta el domingo una nueva edición de Majadahonda Foodie que ha sido la más concurrida que se recuerda en los últimos años. El éxito ha sido indiscutible y Colón se ha quedado pequeño para acoger a los cientos de personas que abarrotaron las casetas y las atracciones para niños durante todo el fin de semana.
Este tipo de iniciativas son las que reclaman los vecinos. Primero porque pueden compaginar el ocio padres e hijos, pero es que además es un reclamo para jóvenes y mayores que tienen un sitio para disfrutar. Enhorabuena al Ayuntamiento y al Círculo de Empresarios por el éxito de esta edición y por la buena organización del espacio con un área infantil separada de la zona de hostelería y del escenario por el que desfilaron los grupos que acompañaron con su música a los asistentes durante los cuatro días del Majadahonda Foodie.
En Papel apostó por abrir en su número del mes de mayo con esta convocatoria. Lo hizo porque encaja con la línea editorial del periódico que busca la dinamización de la ciudad y apuesta por políticas que saquen a los vecinos a la calle para que construyan ciudad. Y, además, lo hizo porque es consciente de que uno de los mayores activos de la ciudad es el sector de la hostelería. Majadahonda es una ciudad en donde se come bien. Las probabilidades de tener una mala experiencia son mínimas por la excelente calidad de sus bares y restaurantes. Algunos de ellos se dieron cita en la Plaza de Colón: As de Bastos, Claxon, La Mascarada o Malatesta Taberna, por citar solo algunos.
Ahora bien, y como ya es habitual en esta cabecera, después de la de arena viene la de cal. Los periodistas de En Papel que estuvieron en esta edición plantearon el sábado publicitar en redes Majadahonda Foodie porque les pareció una iniciativa para todos los públicos y se marcharon la noche del viernes con la sensación de que los vecinos no sabían lo que allí se estaba organizando, que se habían encontrado aquello “por casualidad” y habían decidido quedarse. Y eso hicimos. El sábado se encontraron con que había el doble de personas que el viernes. El boca a boca, los mensajes en redes de este periódico y de otros muchos que estuvieron y lo disfrutaron hicieron el trabajo que no supo hacer el Ayuntamiento. Majadahonda Foodie ha contado con un breve en la revista municipal y con un puñado de banderolas por las calles de la ciudad. A pesar de todo, insistimos, ha sido un éxito.
Esperamos que esta edición sirva para corregir estos fallos de cara al año que viene. El primero la comunicación y la publicidad del evento y el segundo buscar un espacio que no se quede pequeño o ampliar Majadahonda Foodie a todo el Parque de Colón. De esta forma se amplía el aforo y se amplía el abanico de otras muchas marcas de restauración que no han podido asistir en esta edición.