La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), a través de la Fundación Española de Medicina Interna (FEMI), ha elegido al Dr. Víctor Moreno-Torres, adjunto del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, como el mejor especialista joven en Medicina Interna de España.
¿Qué significa para Vd. este reconocimiento?
Es una inmensa alegría. Por un lado, el premio reconoce el intenso trabajo que hemos realizado en la sección de autoinmunes y en el servicio de Medicina Interna en los últimos años, ya que este reconocimiento no puede considerarse un logro a nivel individual, sino de todo el grupo. En segundo lugar, es un estímulo muy potente para seguir trabajando en la faceta asistencial, como médico, y no flaquear en la tarea investigadora, que a veces es muy ingrata y no siempre está reconocida.
Es muy joven, pero su trayectoria profesional ya registra éxitos importantes, ¿cuál es su balance de lo realizado hasta ahora y su proyecto de futuro?
Lógicamente, creo que el balance es muy positivo y que el enorme trabajo que hemos realizado, y que actualmente seguimos realizando, se está viendo recompensado por el premio, por los proyectos, por las publicaciones y por el apoyo de nuestro entorno y compañeros. Por consiguiente, creo que hemos fortalecido los pilares para seguir desarrollándonos como unidad y servicio en el medio y largo plazo. Por ello, afrontamos los próximos años con mucha ilusión, esperando poder consolidarnos como una unidad de enfermedades autoinmunes sistémicas de referencia y peso a nivel nacional, de la mano de un servicio de medicina interna que considero excepcional. En definitiva, en algunos años espero verme con la misma ilusión y dedicación, rodeado de mi inspirador equipo y con mayor madurez y experiencia como investigador y sobre todo como clínico.
¿Por qué escogió la especialidad de Medicina Interna para licenciarse?
Considero la Medicina Interna la especialidad madre, o reina, de la Medicina Clínica. Como muchos internistas, dudé con otras especialidades clínicas como la Nefrología o la Hematología, que son muy atractivas desde el punto de vista asistencial e investigador, pero finalmente, la capacidad de comprender el conjunto, con una visión holística, integradora y no compartimental de la medicina o del paciente, me llevó a escoger esta especialidad. Por este mismo motivo, creo que el internista es el especialista mejor formado y capacitado para abordar las enfermedades autoinmunes sistémicas, rama de la Medicina Interna a la que me dedico.
¿Siempre ha querido ser médico? ¿Es vocacional?
La Medicina siempre fue una vocación clara y mi principal objetivo en la etapa preuniversitaria. Probablemente, y al igual que a muchos otros profesionales de la sanidad, la vocación y el paciente son el principal aliciente para continuar con esta labor, a veces tan dura y complicada. Por otra parte, reconozco que creo que hubiese sido muy feliz, y estaría igualmente satisfecho, si me hubiese dedicado a otras ramas de la ciencia, o incluso al derecho.
Ser médico son muchos años de estudio, en su caso, con grandes resultados, como el ‘cum laude’ en 2022, ¿cuál es su balance?
Efectivamente el balance es positivo y los resultados han sido favorables, pero con un trabajo y dedicación muy intenso durante muchos años, que no siempre ha sido fácil de mantener. Además, hay que destacar que, al igual que lo que les pasa a otros profesionales liberales no solo en ámbito de la Medicina, la formación académica, la investigación y la asistencia de calidad no está premiada por el sistema y las instituciones.
¿Cuál es el proyecto más importante en el que ha participado y si tiene alguno en el que le gustaría participar en un futuro?
Aparte de los estudios relacionados con la pandemia que hemos realizado en el servicio de Medicina Interna, en colaboración con otras especialidades y en el grupo de enfermedades infecciosas, y de los estudios epidemiológicos que analizan la morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular, infecciones y neoplasias en pacientes con enfermedades autoinmunes sistémicas, creo que el principal proyecto en el que estamos participando es en un estudio sinérgico que analiza el perfil metabólico y el efecto de la nutrición sobre enfermedades de base inflamatoria como el Lupus Eritematoso Sistémico o el ‘long-COVID’, y que creemos que va a tener resultados muy interesantes.
También colabora con las unidades de enfermedades autoinmunes del Hospital Clínic de Barcelona y del Hospital de Cruces de Barakaldo…
Así es. Las unidades de enfermedades autoinmunes sistémicas de Medicina Interna del Hospital de Cruces de Barakaldo, a quienes les debo mucho profesional y personalmente, así como la del Hospital Clínic de Barcelona, son referentes a nivel internacional en este grupo de patologías, incluyendo el Lupus Eritematoso Sistémico, el Síndrome Antifosfolipído, el Síndrome de Sjögren o las vasculitis sistémicas. Espero que la colaboración con ellos nos permita ayudar a nuestros pacientes a través del conocimiento de su patología, al mismo tiempo que nos permita seguir su ejemplo y desarrollarnos como unidad.
¿Cree que la Medicina Interna está suficientemente reconocida?, ¿y sus profesionales?
Creo que la opinión que se tiene de la Medicina Interna y de los internistas es muy heterogénea, tanto por parte de otros profesionales como de los pacientes. Hay que reconocer que es una especialidad muy compleja, con una curva de aprendizaje muy lenta, en la que tenemos que estudiar y aprender de todo sin realmente ser especialistas de nada. Esto nos hace muy útiles, pero al mismo tiempo muy vulnerables. Sin embargo, soy consciente, y me enorgullece reconocer que, en muchas ocasiones, otros especialistas, y sobre todo los pacientes, agradecen cuando les atiende alguien que es capaz de integrar, priorizar y abordar todos los problemas, patologías y síntomas que tiene, estableciendo un plan diagnóstico y terapéutico que contemple todas sus necesidades. Esta es una de las fortalezas de la especialidad que a mi juicio nos hace fuertes, y es el motivo por el que creo que el internista es el especialista de las enfermedades autoinmunes sistémicas, que como su nombre indica tienen un carácter sistémico y una complejidad que requieren una formación amplia en todas las ramas de la Medicina.
¿Cree que se invierte suficiente en investigación?
En absoluto. No se invierte lo suficiente en investigación ni en el investigador. Como comentaba con anterioridad, la carrera investigadora es lenta y muchas veces ingrata, y en el caso de los médicos, no se contempla en nuestro horario o puesto de trabajo. La labor investigadora de los médicos se hace por vocación y sin mayor ánimo que la satisfacción intelectual y profesional. A pesar de esto, España es una potencia investigadora en medicina, lo cual no deja de llamar la atención. Imaginemos hasta dónde podríamos llegar con un adecuado apoyo institucional y financiación.
“Escenario perfecto para formarse”
Destaca el Dr. Moreno Torres las características del Puerta de Hierro por ser un “escenario perfecto para formarse” como especialista en Medicina Interna. Eligió por este motivo al hospital, ya que “aglutina un servicio de Medicina Interna potente”, con “alto peso en la hospitalización, con subunidades como las enfermedades autoinmunes sistémicas, las enfermedades infecciosas o el trasplante hepático, entre otras, bien desarrolladas y capacitadas”. Afirma que “además, es un servicio de carácter investigador, como lo refleja la presencia de un laboratorio propio del servicio de Medicina Interna. Al mismo tiempo, cuenta con especialidades médicas y quirúrgicas de primer nivel”.
Así, preguntado por lo que se necesita para ser un buen médico en su especialidad, indica que se requiere “lo mismo que para el resto de las especialidades, ser capaz de, con un enfoque científico y humano, dar lo mejor a los pacientes, que son nuestra razón de ser profesionalmente. Esto conlleva tiempo, estudio, dedicación, empatía e interés, que no son siempre fáciles de garantizar en el día a día”.