El Hospital público Puerta de Hierro Majadahonda ha implantado con éxito un microdispositivo inalámbrico que permite un mejor control y monitorización a domicilio de la insuficiencia cardíaca. Es la primera vez que este sensor se inserta en la región y la tercera en toda España.
Se trata de un microordenador que se coloca en el corazón, en el tabique que se encuentra entre las dos aurículas, y mide de forma constante la presión de la izquierda, un valor que se correlaciona directamente con la acumulación de líquido en los pulmones. Este es uno de los principales problemas de la insuficiencia cardiaca y la causa principal de hospitalización de estos enfermos.
Está conectado de forma inalámbrica a un cinturón que el paciente se ajusta a la altura del corazón una o dos veces al día y recoge todos los datos clínicos y los envía de forma simultánea al profesional sanitario. De esta forma, el cardiólogo puede realizar una detección temprana del empeoramiento e intervenir de forma precoz con un ajuste mucho más preciso y personalizado del tratamiento.
Además, al disponer de datos de la actividad cardiaca las 24 horas del día, y poder por ello actuar antes de que aparezcan los síntomas físicos, los profesionales estiman que el uso de este microdispositivo no solo mejorará la calidad de vida del paciente, sino que ayudará también a la reducción del número de ingresos hospitalarios por esta causa.
Explican sus responsables que su implante es un procedimiento relativamente sencillo, mínimamente invasivo -se realiza por catéter a través de la vena femoral- y dura una hora aproximadamente. Por lo general, el afectado puede volver a casa y hacer vida normal transcurridas 24-48 horas. En el proceso, además de especialistas en Hemodinámica y Cardiología Intervencionista, participan profesionales de Ecocardiografía, Anestesiología y Enfermería.
INVESTIGACIÓN PIONERA A NIVEL INTERNACIONAL
Esta intervención, realizada por profesionales de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de este hospital público de la Comunidad de Madrid, se enmarca en un ensayo clínico internacional en el que España ha colaborado en su fase inicial con la introducción de tres enfermos del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, el Hospital German Trías de Badalona y el Hospital Clínico de Valladolid, respectivamente.
En la primera fase del ensayo, que ha contado con la participación de 30 personas, se ha demostrado la seguridad de este microordenador. En los próximos meses se pondrá en marcha la segunda, que contará con una muestra de otras 25 y busca demostrar la eficacia real del dispositivo. El Hospital Puerta de Hierro también formará parte de esa etapa de la investigación.
Aunque inicialmente se ha reclutado a personas que habían sufrido episodios recientes de descompensación de insuficiencia cardiaca, por ser éste el grupo de pacientes que se podía ver más beneficiado, la idea es que pueda ser implantado en cualquiera que tenga insuficiencia cardiaca en el futuro.
VENTAJAS DE LA TELEMEDICINA EN LA INSUFICIENCIA CARDIACA
En este sentido, detallan que la situación sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 ha potenciado el uso de las nuevas tecnologías y de la comunicación a distancia en muchos aspectos de la vida cotidiana; el ámbito sanitario, con el auge de la telemedicina, no ha sido una excepción.
Por este motivo, los responsables del centro sanitario afirman que este tipo de dispositivos ayudan precisamente a continuar en esta línea, ya que permiten al profesional sanitario la monitorización a distancia de la patología en cuestión, lo cual ayuda a que este pueda reducir significativamente su número de desplazamientos hasta el centro sanitario. Esta ventaja es especialmente importante en población de avanzada edad o vulnerable, que es precisamente el perfil de enfermo más afectado por esta patología.
“De acuerdo con los datos de la Sociedad Española de Cardiología, la insuficiencia cardiaca afecta en España al 2,7 por ciento de la población mayor de 45 años y al 8,8 por ciento de las personas de 74 años en adelante, además de ser la primera causa de hospitalización por encima de los 65 años”, concluyen.