Un estudio del Instituto de Salud Carlos III ha hallado una respuesta inmunitaria similar a las enfermedades autoinmunes en los casos de COVID persistente
Un artículo que acaba de publicar un equipo del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III en la revista Frontiers in Inmunology describe características inmunitarias específicas de las personas que siguen sufriendo síntomas y signos de la COVID-19 varias semanas y meses después de haber pasado la infección.
La investigación, liderada por la investigadora Mayte Coiras, ha hallado una respuesta inmunitaria antiviral alterada en un grupo de personas que sufren la denominada COVID persistente. Se trata de una respuesta inmunitaria que o bien no es eficaz para eliminar por completo el virus, o bien se mantiene activa una vez acabada la infección, como sucede en algunas enfermedades autoinmunes. De esta manera, estos síntomas de COVID persistente podrían deberse a una respuesta inmunitaria, exacerbada, innecesaria y extendida en el tiempo, o a unas defensas insuficientes para derrotar por completo al virus a corto plazo. Se necesitan nuevos estudios para valorar si la COVID persistente puede considerarse una enfermedad inflamatoria o autoinmune.
Marcadores inmunitarios y clínicos
Entre los principales marcadores con potencial diagnóstico que fueron identificados en este estudio, además de los citados parámetros inmunológicos, se definieron características clínicas significativas entre las personas con COVID persistente como son el letargo, el dolor torácico y las lesiones dermatológicas, así como algunos factores demográficos como son el género femenino y el grupo sanguíneo O+. La COVID-19 tiene diferentes presentaciones, que pueden variar desde formas asintomáticas o leves, hasta formas más graves o incluso fatales, debido, principalmente, al desarrollo de un proceso inflamatorio progresivo.