Tras la excepcional jornada de ayer, marcada por un apagón que alteró la rutina de millones de ciudadanos, toca ahora enfocarnos en la vuelta a la normalidad. Por ello hemos recopilado algunos consejos esenciales para la vuelta a la normalidad.
Informarse por canales oficiales es quizá el consejo más importante. Los Ayuntamientos, las Delegaciones del Gobierno y las compañías de suministro eléctrico (como Red Eléctrica Española) son los canales primarios para obtener información actualizada sobre el estado de los servicios y posibles incidencias residuales. Otro aspecto importante, tras un corte de energía, es revisar que los aparatos eléctricos funcionan correctamente, para poder reclamar al seguro del hogar. La Asociación Española de Empresas de Instalaciones Eléctricas y de Telecomunicaciones (FENIE) recomienda desconectar los equipos sensibles durante un apagón y reconectarlos gradualmente para evitar sobrecargas al restablecerse el suministro.
Los alimentos
Si hay algo que preocupa, no solo en los comercios, sino sobre todo en las casas, es la calidad de los alimentos, que tras el corte que superó las ocho horas en la mayoría de casos, se han podido ver deteriorados. Hay que prestar especial atención a los alimentos refrigerados y congelados. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aconseja desechar aquellos productos que hayan permanecido a temperatura ambiente durante más de dos horas o que presenten signos de deterioro, ya sea por olor, color o textura anormales.
Tras situaciones como la vivida ayer, se nos plantean una pregunta crucial al abrir nuestras neveras y congeladores: ¿qué alimentos son seguros para consumir? La incertidumbre es comprensible, pero siguiendo unas pautas claras, basadas en las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) podemos minimizar los riesgos.
La falta de refrigeración afecta a nuestros alimentos, pero no se trata de alarmar, sino de ser precavidos y priorizar el bienestar de nuestros hogares. La AESAN es tajante: el tiempo que los alimentos permanecen sin la temperatura adecuada es el factor principal para determinar su seguridad.
En la nevera, los alimentos refrigerados aguantan, generalmente, hasta cuatro horas sin electricidad, siempre y cuando la puerta se mantenga herméticamente cerrada. Cada apertura acelera el aumento de temperatura. Y el congelador, a plena capacidad, puede mantener los alimentos congelados durante unas 48 horas. Si está medio lleno, este margen se reduce a 24 horas. Siempre con la puerta cerrada.
Pero ante la duda deberemos desechar el alimento. Una posible intoxicación alimentaria no compensa el intento de salvar unos pocos euros. Los expertos insisten en que no es suficiente con el olor, sino que hay que examinar la textura, el color o la solidez del mismo.
Hay ciertos grupos de alimentos que requieren una atención especial tras un corte de luz:
Carnes y aves: Son un caldo de cultivo ideal para bacterias si superan las dos horas a temperatura ambiente.
Pescados y mariscos: Igualmente perecederos y potencialmente peligrosos.
Lácteos (Leche, yogur, quesos blandos): Suelen deteriorarse rápidamente y pueden albergar microorganismos dañinos.
Huevos y preparados con huevo (Mayonesa casera, salsas): Sensibles a los cambios de temperatura.
Sobras de comidas cocinadas: No las consumas si han pasado más de dos horas fuera de la nevera.
Aunque no todo está perdido, los alimentos más resistentes son:
Frutas y verduras frescas: Si no muestran signos de deterioro, suelen ser seguras.
Mantequilla y margarina: Su alto contenido graso les confiere cierta protección.
Quesos duros y procesados: Su menor humedad los hace más resistentes.
Pan y productos horneados: No necesitan refrigeración.
Alimentos enlatados y envasados al vacío: Su seguridad no se ve comprometida.
Pero lo que siempre será un error es la recongelación. Si tus alimentos congelados se han descongelado por completo, jamás los vuelvas a congelar. Este proceso favorece la proliferación bacteriana y deteriora la calidad del alimento. Lo descongelado, o se cocina y se consume inmediatamente, o se desecha. Si aún conservan cristales de hielo y están fríos al tacto, podrían recongelarse, aunque su calidad podría verse afectada.
Más vale prevenir…
Por otro lado, aunque el transporte público se ha ido restableciendo, es previsible que puedan persistir algunas alteraciones o retrasos, especialmente en las primeras horas. Consulta las páginas web y redes sociales de Metro de Madrid, Renfe Cercanías y EMT antes de salir de casa. Sobre todo en el transporte es necesario mantener la calma y ser paciente.
También los sistemas de seguridad de tu vivienda o negocio se han podido ver afectados. Sistemas de alarma, videovigilancia… han de ser comprobados, asegurando que las baterías de respaldo hayan funcionado correctamente. Aunque ya no es tan necesario, en estos casos, moderar el consumo energético inicial, aunque la red se halla restablecido. Ante cualquier incidencia persistente, es aconsejable contactar con los servicios municipales o de emergencia, porque la colaboración ciudadana es clave para una recuperación eficiente.
Contar con el conocido como ‘Kit Básico de Emergencia’ es lo más prudente si se vuelve a repetir una situación similar o cualquier otra emergencia. Tener preparado un kit básico con linterna, pilas, agua, alimentos no perecederos y un botiquín de primeros auxilios, además de una radio, un silbato, una manta térmica o dinero en efecto, también pueden ser de gran utilidad. Como también lo puede ser la colaboración vecinal, ofreciendo apoyo a personas mayores, familias con niños pequeños o personas con discapacidad.
La jornada de ayer nos recordó la dependencia que tenemos de la energía eléctrica en nuestra vida diaria. La vuelta a la normalidad requiere de la colaboración de todos, la información veraz y la paciencia.