Un hombre de 52 años ha fallecido a la puerta del colegio American School Madrid, en Pozuelo de Alarcón, tras recibir cinco disparos ante numerosos testigos, pasadas las nueve de esta mañana.
La víctima, un varón de 52 años de origen ucraniano, estaba dejando a sus hijos en el centro educativo cuando antes de subir a su coche recibió cuatro impactos de bala en la zona del tórax y otro en la cabeza, causándole instantáneamente la muerte. Los autores huyeron hacia el parque forestal Adolfo Suárez y la Casa de Campo.
Poco después llegaron al lugar efectivos de la Policía Nacional y el SUMMA 112, que solo pudo certificar el fallecimiento, “por heridas incompatibles con la vida”. Pero los agentes desplegaron un dispositivo especial, con 75 efectivos, para buscar a “entre dos y tres individuos” durante las primeras horas, ya que habría huido a pie. En la búsqueda participaron helicópteros, la unidad de caballería y drones, pero ante la presumible preparación del crimen, los agentes no han descartado que tuvieran apoyo para huir del lugar.

Se trata de Andriy Portnov, político y abogado ucraniano, y exasesor del gobierno de Yanukovich, favorable a Rusia, que estaba en la lista negra de la UE por malversación de fondos y violaciones de derechos humanos y que fue investigado por los servicios secretos ucranianos por “alta traición”. Además, estuvo relacionado con la represión de manifestantes en la plaza del Euromaidán.
El grupo V de homicidios y la brigada científica de la Policía Nacional se han hecho cargo de la investigación, junto con la brigada de información y aunque no se descarta ninguna hipótesis, todo apunta a un ajuste de cuentas que sigue el mismo modus operandi que el asesinato de otro hombre, José Ricardo Rojas Montes, de 44 años, uno de los capos de ‘los Miami’, en 2018 a las puertas del British Council, también en Pozuelo.
Pese a que el centro educativo ha hecho público un comunicado para informar sobre el “grave incidente”, insistiendo en que “todos los estudiantes están a salvo”, los padres de los alumnos recogieron poco después a sus hijos, ante el temor y la incredulidad que han confesado los vecinos de la zona.