Las lluvias tardías de esta primavera han provocado que la altura del herbazal haya aumentado considerablemente en espacios naturales de la Comunidad de Madrid, lo que conlleva también un aumento del riesgo de picaduras de insectos.
Por este motivo, los Agentes Forestales han lanzado una serie de recomendaciones para evitar, en la medida de lo posible, la picadura de arácnidos como las garrapatas, que pueden implicar una “seria amenaza para la salud de quienes practican senderismo, caza o cualquier actividad en contacto con la naturaleza”.
Así, indican que al finalizar la jornada campestre hay que examinar todo el cuerpo, y lavar la ropa utilizada con agua caliente. Destacan que las garrapatas “tienen la capacidad de transmitir una amplia serie de organismos patógenos”.
Si, pese a las precauciones tomadas, nos ha picado uno de estos arácnidos y se ha quedado adherido al cuerpo, hay que retirarlo “lo antes posible”, siendo lo mejor “unas pinzas, aunque esta tarea puede hacerse con los dedos, con unos guantes finos” y después limpiar la zona con jabón.
En los días posteriores, se recomienda observar si se tiene fiebre o erupción en la piel, y en ese caso acudir al médico. La garrapata debe guardarse en un recipiente hermético para, en caso de ser necesario, las autoridades sanitarias determinen el tratamiento más adecuado.