Nos hemos sentado a hablar con el Dr. Alfredo Iglesias, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Puerta de Hierro, al que le hemos hecho las preguntas más frecuentes que cada año se hacen los pacientes con alergias, que en los últimos año encadenan épocas de las mismas. En estas fechas, según datos de la Comunidad de Madrid, sobre todo en la zona noroeste, las plantas del género urticaceae (ortigas) y sobre todo las gramineas, los olivos y los pinos, entre otros, se encuentran en su nivel más alto del índice de polinización, según datos de la red PALINOCAM.
Han llegado las lluvias a gran parte de España, hay quien afirma que esto limpia el aire, y es mejor para los alérgicos por ejemplo al polen, pero también contribuye a la floración. ¿Esta alteración meteorológica, con un abril seco y un mayo lluvioso beneficia o perjudica a los pacientes con alergias?
En general, es de esperar que estas lluvias alivien a los pacientes alérgicos al polen porque han coincidido con el pico habitual de gramíneas y olivo, que son los más frecuentes en estas fechas y en esta zona. Las temperaturas más bajas y la mayor humedad también ayudan a respirar mejor. Algunos alérgicos a hongos, por ejemplo, pueden haberlo tenido peor porque este clima inestable puede favorecer la esporulación.
La contaminación de las grandes ciudades preocupa a muchas organizaciones, en el caso de Madrid, su boina de contaminación es conocida ¿cómo afecta esto a las alergias? ¿es más beneficioso vivir en municipios de las afueras, teniendo en cuenta que hay menos contaminación, pero mayor contacto con la naturaleza (polen, insectos…)?
Pues, depende. Los irritantes de la boina perjudican a todo el mundo, y hay una gran correlación entre esos niveles de contaminación y los ingresos por asma, por ejemplo. Es cierto que en el centro de la ciudad hay menos pólenes de algunas plantas, pero más de otras como el platanero. En la periferia, sobre todo en nuestra zona noroeste hay enormes cantidades de polen de cupresáceas como la arizónica o quercus (encinas), cuya cantidad en el casco urbano de Madrid es mucho menor. De modo, que depende de las sensibilizaciones de cada paciente.
¿Se puede desarrollar una alergia siendo mayor? ¿Cuáles pueden ser los factores desencadenantes?
Hablando de alergia respiratoria, es cierto que cada vez vemos pacientes que se hacen alérgicos con mayor edad. No está claro qué factores están más involucrados. Muchos pacientes que viven recientemente en la zona noroeste de la comunidad se exponen a alérgenos nuevos como pueden ser mascotas que antes no tenían, o pólenes como el de la arizónica que han explotado en los últimos años. Esto lo notamos mucho con la población inmigrante de otras regiones climáticas.
¿Se ha incrementado el número de pacientes con alergias las últimas décadas? ¿a qué puede ser debido?
Ciertamente están aumentando y las razones pueden ser múltiples. La teoría de la higiene cada vez cobra más fuerza. Es decir, que, al margen de una genética más o menos propensa, el aprendizaje del sistema inmune ya no es tan adecuado como antes. El exceso de higiene en etapas críticas de la vida podría estar haciendo que el sistema inmune no aprenda a distinguir adecuadamente lo inocuo de lo peligroso, y monte respuestas excesivas contra sustancias que debería tolerar. Entiéndase que higiene se refiere a las vacunaciones masivas, los esterilizadores de biberones, los antibióticos, la nutrición y otras costumbres del modo de vida occidental. Podría decirse que es un efecto adverso del desarrollo.
¿Cómo se debe actuar con los primeros síntomas de alergia? ¿hay que usar antihistamínicos?
Por supuesto que depende de un diagnóstico preciso en cada caso. Para el paciente ya diagnosticado de rinoconjuntivitis leve estacional puede bastar un antihistamínico ante los primeros síntomas. Es cómodo y apenas sin efectos adversos. Pero síntomas mayores como el asma van a requerir otros tratamientos. Mi recomendación es acudir al médico de familia que puede orientar y recomendar un tratamiento inicial y, en su caso, derivar al especialista.
¿Cómo se puede evitar en alguna medida una reacción alérgica por condiciones climáticas?
Ahora, por suerte, hay fuentes de información fiables que predicen el clima y los niveles esperables de los pólenes principales en cada zona. Existen también APP con avisos de picos de polen que pueden ayudar a planificarse. Con esta información y un poco de sentido común se pueden evitar situaciones de riesgo.
¿Un alérgico puede desarrollar un mayor margen de tolerancia, disminuyendo así la sintomatología? ¿Hay algún método en estudio?
La tolerancia a los aeroalérgenos espontánea existe pero normalmente se produce en edades avanzadas. Las vacunas (inmunoterapia específica) indicadas por especialistas y administradas adecuadamente tienen muy buenos resultados en la gran mayoría de los pacientes. La inmunoterapia alérgeno-específica, además de reducir significativamente los síntomas, tiene un efecto preventivo para el desarrollo de nuevas sensibilizaciones, o sobre el agravamiento de la enfermedad alérgica, especialmente en los pacientes con asma. Además, su efecto se prolongará muchos años después de terminarla.
El ocio en estas fechas preocupa mucho a los pacientes con alergias, ¿qué recomendaciones puede dar para privar lo menos posible a las personas con alergias ambientales de disfrutar de su tiempo libre?
Los tratamientos actuales pueden permitir que un paciente alérgico al polen pueda disfrutar de todo, incluido el deporte, pero hay que utilizarlos. Los alergólogos tenemos que mejorar nuestra capacidad de disuasión para mejorar la adherencia al tratamiento de nuestros pacientes y a las medidas preventivas que les recomendamos, muy especialmente cuando vayan a realizar actividades al aire libre en las épocas de más polen.
¿El modo de vida influye en la intensidad de los síntomas?
Las que vemos con más frecuencia en las consultas son las alergias respiratorias con síntomas de rinoconjuntivitis con o sin asma por alergia a los pólenes (en esta zona los principales son los de las gramíneas, el olivo y el cupresus arizónica); pero también a mascotas como el gato, el perro o el caballo; y hongos como la Alternaria. La sensibilización a ácaros del polvo es rara en nuestro clima. En segundo lugar, destacan las alergias alimentarias, sobre todo en niños, que cada vez son más frecuentes y más graves, destacando por su incidencia la leche, el huevo y los frutos secos.Los cambios de exposición asociados a cambios culturales o cambios climáticos también son muy importantes. Otros factores como el estrés o el sueño, que mencionas, creo que tienen más incidencia sobre cómo un paciente se ve afectado por una patología y cómo y cuándo busca ayuda médica. Pero esto último es aplicable a cualquier enfermedad, no solo a la alergia. No obstante, por ejemplo, la rinitis y el asma alérgicos pueden afectar mucho al sueño con una repercusión muy importante en la calidad de vida de muchos pacientes.
Hasta hace poco se solía hablar de alergias primaverales, pero lo cierto es que para muchas personas ha dejado de ser un problema puramente estacional, ¿cuál es el motivo?
Hay varios motivos. Cada vez los pacientes son alérgicos a más plantas que pueden solapar sus épocas de polinización. Por ejemplo, desde que empieza la polinización de la arizónica o el fresno -que puede ser enero o incluso diciembre, hasta que terminan las gramíneas o algunas malezas en verano. Por otro lado, la alergia a mascotas, que vemos cada vez con mayor frecuencia, o la alergia a hongos no son estacionales. Aunque en Madrid hay pocos ácaros, los pacientes muy sensibilizados también pueden presentar síntomas durante todo el año.
De otra parte, el clima extremadamente seco de Madrid o la polución son factores que pueden prolongar los síntomas, más allá del fin de los periodos de polinización.
Estamos cerca de unas fechas en las que el sol se convierte en protagonista en nuestro país y cada vez hay más personas con alergia a sus efectos. ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué podemos hacer en el caso de que nos suceda?
La verdadera alergia al sol, como respuesta inmunológica alterada, es una enfermedad rara, aunque esté aumentando, y suele provocar lo que se llamaría urticaria solar.
Lo que si, se incrementa, son otras consecuencias, como las quemaduras solares, el envejecimiento cutáneo…