Hoy, 6 de julio, queridos lectores, en un giro inesperado de los acontecimientos celebramos un día de esos que deberían marcarse en rojo en el calendario: el cumpleaños número 44 de Pedro Jiménez, nuestra estrella (aunque algunos dirían que es más bien una estrella fugaz).
Pedro, conocido por su energía inagotable y su capacidad para entusiasmarse con absolutamente todo, es una verdadera fuerza de la naturaleza. Si alguna vez has visto a alguien correr de un lado a otro como un niño hiperactivo en un parque de atracciones, probablemente era Pedro en su estado natural. Por poner un ejemplo, Pedro solo entre 9 y las 10 de la mañana de un día normal ,tiene la capacidad de dejar a los niños en el cole, hacer su visita semanal al puerta de hierro, hacer 80 minutos de gimnasio y citarse contigo a las 9.30 para organizar todo un año de contenidos, pero rápido a las 10 tiene que estar en Madrid.
En el mundo del periodismo, Pedro es conocido por su habilidad para convertir cualquier noticia en un emocionante evento digno de la alfombra roja. ¿Alguien abre una tienda de zapatillas? Pedro lo cubrirá como si fuera la llegada de la realeza británica. ¿Una reunión de la junta de vecinos? Prepárense para una crónica digna de los Premios Pulitzer.
Pero hay otro aspecto que caracteriza a nuestro querido Pedro. No hay momento del día en el que no esté consultando su teléfono, ya sea para recibir las últimas noticias, aunque sea el mismo el que las haya dado o porque tu conversación no consigue mantener su interes. Para Pedro, el móvil no es solo una herramienta de trabajo, es una extensión de su ser.
Si hay algo que realmente destaca en la carrera de Pedro, es su pasión por los tribunales. Es ver una toga y Pedro saca su grabadora. Pedro siempre está al pie del cañón, listo para desentrañar los detalles más oscuros y llevarlos a sus oyentes con una precisión y entusiasmo inigualables. En más de una ocasión, su cobertura ha puesto a los tribunales en el punto de mira, convirtiendo juicios rutinarios en verdaderos dramas mediáticos, sin realmente entender lo que estaba contando.
Sin embargo, lo que más nos fascina de Pedro es su inquebrantable fe en la generosidad humana. En cada reunión, en cada encuentro o llamada Pedro se ilusiona pensando que todos los participantes, colegas y hasta desconocidos le obsequiarán con cantidades inmensas de dinero. La esperanza es lo último que se pierde, ¿verdad, Pedro? Aunque, año tras año, su recuento de felicitaciones es mayor que el de billetes, él sigue esperando con la misma ilusión.
Pedro, a sus ya 44 años, posee una capacidad sobrehumana: es capaz de reenviar mensajes de WhatsApp antes incluso de haberlos recibido. No sabemos si es una especie de don premonitorio o simplemente una habilidad desarrollada por su constante conexión al móvil, pero más de una vez hemos visto cómo Pedro compartía noticias, comentarios y frases que aún no le habían llegado. Si alguna vez te preguntas cómo las noticias vuelan, la respuesta es Pedro Jiménez
Así que hoy, en su día especial, queremos enviarle un caluroso abrazo y un consejo amistoso: Pedro, sigue disfrutando de la vida con esa energía que te caracteriza, porque algo nos cae a los que no tenemos tanta. Y sobre la pasta, bueno, nunca se sabe, tal vez este año tu optimismo se vea recompensado.
¡Feliz cumpleaños, Pedro!