Las reuniones familiares vuelven, como el turrón, estas fiestas. Tras dos años de pandemia, los majariegos regresan a casa para reencontrarse con los suyos y recuperar la tradición. Todos alrededor de una mesa, mayores a un lado, pequeños al otro, sillas pegadas y menú casero, que el bolsillo no está para gastos extras.
“Vendrán mis hijos y mis nietos”.
En casa de Marisa, una vecina que reside en el centro de Majadahonda, serán 15. Llevan dos años sin juntarse, “no queríamos contagiarnos”, explica, pero este año “estaremos todos”. Marisa será la encargada de cocinar el caldo, “utilizo la receta de mi abuela”, y sus hijos traerán el resto, “no hay dinero para todo”, asegura. Pensaron en cenar fuera, pero “imposible”, interrumpe su marido. “Somos muchos y aunque la casa es pequeña, nos arrejuntamos”, se ríe.
Nos adentramos en el Mercado de Majadahonda, donde la gente ya espera turno para comprar. En la carnicería, una señora nos pregunta si somos los últimos y aprovechamos para preguntar por su menú de Navidad. “Haré ternera en salsa con puré de patata. Este año no hay para el cordero”, sonríe. “Está todo muy caro”, añade el siguiente en la fila. “No me quiero imaginar cuánto costará dentro de unos días”, subraya. La mayoría nos cuenta que ya ha comprado parte del menú. “Compré una lubina y la congelé. Está igual de buena y es casi la mitad de precio”, señala otra clienta. Preguntamos en general y la cifra de media que cenarán en Nochebuena supera la decena por familia. “Llevamos dos años sin movernos de casa”, señala una pareja. “Seremos 16, entre tíos y primos”. El aperitivo estrella será el jamón, que “si se compra ahora, sale mucho más barato”, asegura otro cliente. Y el postre, “un poco de turrón, que para eso estamos en Navidad”, sugiere uno de los empleados del mercado.
La Navidad regresa a lo que era antes, con mesas llenas, familias enteras que se reúnen de nuevo y un menú tradicional y austero, que la crisis será uno de los temas de la noche.